Una crónica de: @MiedoEscenico2
Había tenido la suerte mi compadre Datemus de narrar la gloria de la clasificación a octavos como primeros de grupo en la Champions, el triunfo frente al Atlético en el derby y hasta la victoria del pasado martes contra los diez leones del Athletic, y ya tenía yo ganas de coger las teclas y contar algo bonito del equipo. La visita a Ipurúa, que me traía dulces recuerdos de la del año pasado, con rabonas de Hazard, goles de Benzema y buena compañía en el encuentro con amigos del El Diario de Mou, era una buena oportunidad para desquitarme, aunque el Eibar es ese equipo que tan pronto es un carro blindado, que un jeep sin techo conducido por un orangután borracho. Vamos, lo que a veces le pasa también al Madrid. Ante la duda de lo que se encontraría, Zidane optó por asegurar y mantuvo el once tipo de los últimos partidos en la medida en que pudo, con Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Mendy; Casemiro, Kroos, Modrić; Lucas Vázquez, Benzema y Rodrygo, dada la ausencia de Hazard y Vini Jr. en banda izquierda.
El partido se inició con el Eibar tratando de hacer Ipurúa más pequeño de lo que es, repartido por todo el ancho del campo, y en 40 metros que subían y bajaban de manera coordinada, sin bascular demasiado, pero llegando a cada balón. Cinco minutos tardó el sistema en irse abajo, con Benzema aprovechando un arrastre de Modrić y un pase de Rodrygo fantástico al corazón del área, sacando su violín para controlar en el aire y tocando lo justo el balón para mandarlo al fondo de la red, aunque la rozara levemente Dmitrovic. Curiosamente, el 0-1 sirvió más para que el Madrid se reafirmara en su apuesta, y para que el Eibar dudara un poco de la suya.
Imagen: realmadrid.com
Tanto fue así que, en el minuto 13, una combinación entre Carvajal, Lucas Vázquez y Benzema, acabó con una remontada de la línea de fondo del francés y un pase atrás a la frontal del área, donde Modrić asió su cetro principesco, y soltó un derechazo con efecto que dobló la punta de los dedos del portero eibarrés para marcar el 0-2. Una tras otra, las salidas de los blancos se basaban en el principio de toque y movimiento y, cuando ese toque es el primer toque, y cuando ese movimiento busca la portería del rival con ahínco, el fútbol se vuelve bonito.
A partir del cuarto de hora de partido, no obstante, el Eibar decidió sacar el fusil, mordió más en cada cruce, presionó más arriba, y comenzó a recuperar balones a base de pegar y correr. Al Madrid se le atragantó esta sobredosis de testosterona, y le empezó a costar bastante hilvanar jugadas. Tanto que, tras errar un contraataque en que Benzema, Kroos y Modrić enfrentaron a dos defensas azulgranas para acabar con un remate de Rodrygo en fuera de juego, un error en la entrega de Lucas Vázquez acabó llegando a Kike que, escorado y desde fuera del área, batió a Courtois con un impresionante trallazo a la escuadra con efecto. El 1-2, en el minuto 28, dejó claro que el Eibar había empezado algo flojo atrás, pero estaba dispuesto a morir matando.
Imagen: realmadrid.com
El Madrid ponía algo de pausa en algunos momentos, pero el Eibar se cerraba mejor que antes, y hacía complicado que el balón volviera a circular con la claridad de los primeros minutos. Los blancos lanzaban balones en largo más por quitárselo de encima que por una verdadera estrategia ofensiva y, para una vez que consiguieron que prosperara, se anuló otro gol de Benzema por fuera de juego milimétrico, ya en el minuto 35. Una penetración de Mendy por la izquierda acabó con un pase duro y tenso al que no llegó Lucas por poco llegó a continuación, y eso volvió a despertar al Eibar incómodo y presionante del tramo anterior.
Así que también el Madrid subió un punto la intensidad, y el partido tomó una dinámica más inglesa, algo muy propio en tierras vascas, ese lugar lleno de campos de césped fresco y gradas de otro siglo, que invitan a correr y centrar, y rematar, y subir y bajar. Otra oportunidad de Bryan Gil en el minuto 39, que salió cerca del palo de Courtois, sirvió para que se cercioraran los blancos de que esto no iba a ser una perita en dulce, pero el principal problema es que el balón no circulaba apenas por las botas de Kroos y Modrić, y a Casemiro le robaban la tostada cada vez que recibía una pelota en mitad de la presión armera. La primera vez que se volvieron a encontrar el alemán y el croata, en el minuto 43, acabó con una mano en la frontal de Arbilla y una falta directa peligrosa para los merengues. Sergio Ramos se situó al lado del balón, para asegurarse de que nadie le impedía tirarla, y la tiró por encima del larguero. En el último minuto del descuento, un balón en largo de Benzema a Lucas acabó con el gallego cruzando el balón ante la salida a la desesperada de Dmitrovic, pero con tan poca fuerza que Bigas lo salvó, a la desesperada también, a punto de cruzar la línea de meta.
Imagen: realmadrid.com
La vuelta del descanso trajo una dinámica parecida. Presión del Eibar, balón en largo de Courtois, e intento de llegada del Madrid; recuperación y ataque del Eibar, recuperación del Madrid y balón atrás para Courtois. Si el equipo blanco trataba de salir jugando desde atrás, la presión del Eibar en la primera línea, en la segunda o en la tercera, acababa interceptando el balón. Otra llegada de Mendy por banda, en una de las pocas veces que el Madrid logró tocar pelo, dejó a Rodrygo un remate que salió fuera, tras un roce en Bigas, en el minuto 52. Tres minutos después, un disparo desde fuera del área de Diop fue rechazado con apuros por Courtois, y se vio que el partido estaba en un punto crítico. Un mal pase de Ramos permitió a Inui un remate que, afortunadamente, le salió flojo y desviado, pero estas dos ocasiones deberían haber encendido las alarmas en el equipo de Zidane, para dejar de hacer pases en la zona de riesgo contra el equipo que más balones intercepta de la Liga.
Añadido a esto, el Madrid comenzaba a estar impreciso en los balones en largo, y el campo del Eibar, que parecía una cama de faquir para los blancos, se le hacía largo. Modrić andaba ya justo de fuerzas, y el Madrid hizo lo único que podía hacer: posicionarse en campo rival, presionar arriba y tratar de cerrar el partido. Rodrygo tuvo un uno contra uno en el minuto 68, tras un pase genial de Kroos, pero Dmitrovic sacó el balón con la espinilla. El campo comenzaba a inclinarse hacia esa portería, y segundo a segundo, y metro a metro, el Madrid ganaba terreno y dominio, pero le seguía faltando la chispa para convertir eso en gol. En la única llegada en esos minutos del Eibar, el japonés Muto cabeceó fuera un centro de Kike García.
Imagen: realmadrid.com
A falta de veinte minutos, entraban Asensio y Valverde por Rodrygo y Modrić, y el exmadridista Pedro León por Inui, y empezó una fase en que ya solamente podían jugar bien los frescos o los inteligentes. Valverde recibió una falta evidente de Arbilla en la frontal, y esta vez se preparó Asensio para lanzarla, pero le pegó a la cámara de televisión de detrás de la escuadra. A partir de ahí, el partido se convirtió en una sucesión de idas y venidas de un área a la otra, pero con tipos casi sin piernas y poco oxígeno en el cerebro, en que el gol lo metería el que cometiera el error menos grave. Un balonazo al codo de Sergio Ramos, que estaba en el aire cayendo, no fue señalado como penalti, de acuerdo con el sentido común pero, en los siguientes minutos, el Eibar se acercó más al empate que el Madrid a darle matarile. Lucas Vázquez y Carvajal pagaban los cinco partidos seguidos y cometían errores y perdían balones, que no se transformaban en peligro real porque los jugadores del cuadro armero tampoco iban sobrados de energía.
Una peligrosísima llegada de Bigas fue abortada por un Sergio Ramos colosal recuperando el terreno perdido y evitando el remate y el empate, ya en el minuto 90. Y, en el minuto 93, un contraataque conducido por Lucas Vázquez vio cómo un Benzema rebosante de sabiduría y precisión le devolvía en profundidad una pared para que el gallego, sacando su tirachinas, cruzara el balón al fondo de las mallas de Dmitrovic, echando finalmente el telón al partido con el 1-3 definitivo. Y, con eso, a seguir en cabeza, hasta el miércoles, que llega el Granada y lo contará Datemus. Cuídense y disfruten de estos días con precaución. ¡Felices fiestas! ¡Especialmente a los y las madridistas!
RESULTADO FINAL
Eibar, 1 – Real Madrid, 3.
GOLES
5’ 0-1 Benzema (asistencia: Rodrygo)
13’ 0-2 Modrić (asistencia: Benzema)
28’ 1-2 Kike
93’ 1-3 Lucas Vázquez (asistencia: Benzema)
REAL MADRID
1 Courtois
2 Carvajal
5 Varane
4 Sergio Ramos
23 Mendy
14 Casemiro
8 Kroos
10 Modrić (15. Valverde, min. 72)
17 Lucas Vázquez
9 Benzema
25 Rodrygo (11. Asensio, min. 72)
ARBITRAJE
Munuera Montero (Comité Andaluz). No mostró tarjetas al Real Madrid.