Un articulo de: @resurreccion_93
Es tristísimo amén de vergonzoso, ver la naturalidad con la que el madridismo se ha acostumbrado a perder ligas en el mes de Enero, como nos hemos conformado con nuestro status segundón; Florentino ha conseguido que nos enganchemos a una mortífera droga cuyos efectos inmediatos son aceptar con complacencia la patética realidad, alienándonos con pensamientos sobre los cracks que llegarán la siguiente temporada y que revertirán una situación que viene arrastrándose sin solución por muchos años y cuyo resultado real es que nuestro máximo rival y enemigo ya está alcanzándonos, ya sentimos su respiración en nuestra nuca.
Vivimos en un Matrix ideado por este agotado presidente donde pensamos que la realidad virtual de los fichajes que llegarán unido a ser de nuevo los primeros en la lista FORBES, nos dará una felicidad duradera, pero la autentica realidad es que nos produce una satisfacción efímera y destructiva, cual heroína de gran pureza. El madridismo se autodestruye, creyendo burdas mentiras. Cuanto más tardemos en aceptar que ya no luchamos contra el Barça por la supremacía del futbol español, sino que nuestra verdadera guerra es contra el Atleti por el segundo puesto, más difícil será salir de esta drogodependencia de fichajes TOP que nos devolverán la alegría. Nos metemos una y otra vez esta destructiva mierda para olvidar nuestra puta realidad y en lo más alto de nuestro colocón revivimos orgasticamente el gol de Canelo en Lisboa, en un bucle sin fin; o la volea de Zidane o el gol de Mijatovic en Amsterdam, mientras avanzamos inexorablemente al abismo.
Cual niños tristes, que quieren huir de su realidad, de su estado de guerra, nos escondemos en el armario de los recuerdos, buscando desesperadamente ese maravilloso mundo imaginario de Narnia donde Aslan, el magnifico león rey, capaz de resucitar, vuelve para vencer a la Bruja Blanca. Hasta las cejas de la droga florentiniana disfrutamos de una Jadis vencida y aniquilada cuando la realidad dice que somos un equipo loser, acomodado en la segunda o tercera posición.
Donde el madridismo obnubilado ve el cabezazo del minuto 92:48, en realidad hay un tipo inculto, ignorante y prepotente que este verano chantajeó al club del cual es capitán, flirteando con otros para sacar una renovación millonaria que no le correspondía en el tiempo, ni tampoco por su rendimiento en el campo durante la última temporada, hipotecando al club hasta 2020 con un jugador en un lacerante declive deportivo.
Donde el madridismo narcotizado ve records maravillosos y estadísticas sublimes, en realidad hay goles intrascendentes, humo, logros individuales vacíos de títulos, hay egoísmo superlativo, hay narcisismo vomitivo, la realidad es un jugador frustrado, cabreado ante la evidente cuesta debajo de su rendimiento, que se prodiga cada vez más en la agresión extemporánea ante el contrario al que no puede superar por juego. Un envidioso redomado que no sabe aceptar que hay otros mucho mejores que él en este equipo en este momento.
Donde los madridistas idiotizados ven la reencarnación futbolística de Zidane con fintas y arabescos preciosos en realidad hay un jugador de salón, sin peso específico en el devenir del partido, tan solo preocupado en hacer dos o tres jugaditas cara a la galería que enardezcan a un Bernabéu hipnotizado y que sirvan para realizar un precioso video ex profeso para su mayor gloria cuando se emita en “Los Manolos”. Francisco Alarcón es un bluff.
Donde el madridismo autista ve esplendorosas subidas por la banda que terminan en pases estupendos al área rival, en realidad hay un jugador anárquico, demencial tácticamente, que abre autopistas gratuitas por su flanco a los ataques del rival, un auténtico coladero para las flechas rivales, un caos defensivo por el que nos masacran a goles, mientras el baja a ritmo de trote cochinero, tras su enésima galopada improductiva.
Podría relatar más mentiras de estos tipejos a los que pocos les ha durado el efecto Zidane, pero con estas cuatro basta para demostrar cuál es el grado de adicción del madridismo dominante. El madridismo necesita urgentemente un “Proyecto Hombre Blanco” que lo desenganche de esta mentira en la que está hundido hasta las trancas y que le está haciendo malvivir esta maldita droga florentiniana. Esta semana sin futbol de Copa el Miércoles porque ni uno de los “yuppies” millonarios de Floren fue capaz de advertir una alineación indebida, nos volverán a chutar una sobredosis de fichajes galácticos con la que atemperar nuestro mono de títulos reales, de ligas y de copas de Europa que van inexorablemente a las vitrinas culerdas. Nos meterán en vena un “overdope” de nombres y fliparemos con el próximo tridente mágico que jamás llegará y si llega será igual de indolente, egoísta e improductivo que lo que llevamos viendo en la última década. La realidad no es otra que 1 liga y 1 Champions en una década. La triste, cruda y puñetera realidad es esa y no otra. Dejemos ya de drogarnos con las mentiras florentinianas, no nos dejemos seducir más por este capo de “el cartel de las corbatas del palco” y no compremos más mierda a sus camellos nauseabundos que nos pasan la droga envuelta en el papel de un periódico aparentemente inofensivo.
Dicen los expertos que uno no puede salir de una adicción hasta que no es consciente de que está enganchado. Es el momento de reaccionar, de darnos cuenta de que somos esclavos de una terrible DROGA DURA…
¡HALA MADRID… Y NADA MÁS!