Una crónica de: @elcarrildel2
El CSKA se ha impuesto (95-90) al Real Madrid, en el partido de semifinales que ha enfrentado a ambos equipos en el Pabellón Fernando Buesa Arena de Vitoria.
Como todas, fue la de anoche una derrota dolorosa. Fuimos capaces de mandar durante muchos minutos. De manera un tanto inesperada, llegados a los últimos trances del choque con ventaja, nos pudo la precipitación y una serie encadenada de malas decisiones en ataque, que nos llevaron a la derrota. Duro de asimilar cuando los que se están jugando el tramo culminante son baloncestistas veteranos, cuajados ya en mil batallas de las denominadas decisivas.
Lo anterior no nos impide hablar del arbitraje. La presencia del esloveno Boltauzer y el ucraniano Ryzhyk era altamente sospechosa. Acumulan demasiados arbitrajes antimadridistas como para no serlo. Anoche, cumplieron el pronóstico. En ningún momento trataron igual a ambos contendientes. Todas sus decisiones favorecieron al equipo ruso. Se sumó al trío la alemana Panther, que pitó una técnica inexistente al banquillo del Madrid, tras un bocinazo fantasma que propició una repetición de un tiro libre a De Colo. Ambas decisiones inclinaron definitivamente la balanza a uno de los lados. Voló Panther con su técnica, cuando habían aguantado carros y carretas ante las reiteradas protestas de Itudis y Sergio Rodríguez. Treinta y dos faltas señaladas al Madrid, por únicamente 22 a los rusos. Cuarenta y dos tiros libres a favor del CSKA, once faltas recibidas por De Colo. En fin, parcialidad a espuertas.
Mandábamos de catorce mediado el tercer acto. Tavares cerraba bien el aro del Madrid. Su primer cuarto fue sublime. Cuando necesitó relevo, no estuvo Ayón a la altura de las circunstancias. Una pena que el mexicano haya llegado en mal momento a este final de temporada. Los triples tampoco estuvieron ayer de nuestra parte (7 de 24, 29%), algo que igualmente está lastrando al equipo en las últimas semanas. Particularmente mal en este apartado estuvo Sergio Llull (1 de 10). Parecía más razonable buscar canastas de dos, y la posibilidad de tiro adicional, pero no se indagó ese camino. Llull, que tantas veces nos ha salvado, ayer encadenó una serie de errores fatales que mucho tuvieron que ver con la derrota.
Campazzo estuvo bravo, en su línea, peleando en todo momento, sin volver la cara jamás. Su duelo con Rodríguez fue épico. Creo que el argentino se llevó la palma en el mano a mano. No gustó en la grada blanca el comportamiento del tinerfeño, que pareció dejar cerrada su puerta a una posible vuelta. El más valorado fue Causeur. Está el francés fino, rápido, viendo claro los caminos hacia el aro contrario y trabajando a destajo en defensa. Valoró 17, anotando 18 puntos.
Quizás tardó más de lo debido Laso en algún tiempo muerto, aunque no vamos a cometer la impertinencia de criticar aquí a nuestro entrenador. Carroll apenas jugó siete minutos, quizás debido al elevado tono físico que el partido estaba exigiendo.
En fin, damas y caballeros, que el domingo jugaremos el partido por el tercer y cuarto puesto, supongo que con la intención de rodarnos para el final de liga, y de que nadie se lesione. A pesar de los pesares, y de los 42 tiros libres en contra, fuimos capaces de pelear hasta el final. Que la derrota nos sirva de lección para lo que se viene.
Buenos noches a todos. HALA MADRID.
Fuente: elcarrildel2: tirando a dar