Una previa de: @danipuerto6
La fecha más señalada en el calendario, el momento cumbre de la temporada en Europa, llega la Final Four de la Euroliga y los cuatro mejores equipos de Europa se enfrentan. Real Madrid, CSKA de Moscú, Anadolu EFES y Fenerbahçe buscarán en Vitoria el título más ansiado, el de campeón de Europa.
Abrirán la F4 los dos equipos turcos en una eliminatoria que pinta igualada en cuanton los de Obradovic, Fenerbahçe, llega con las bajas de Datome y Lauvergne, donde una vez más se tendrán que encomendar al incombustible Kostas Sloukas y al renqueante Vesely. Efes, por el contrario, vive todo con una motivación enorme tras eliminar al Barcelona en cuartos. Entre los de Ataman destacan Shane Larkin y Vasilije Micic, todo ello dentro de una plantilla de enorme calidad, preparada en exclusiva para competir por el cetro europeo tras el fracaso de la temporada anterior, donde quedaron últimos en la liga regular.
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Pero lo que realmente nos ocupa, los que verdaderamente nos importa es la eliminatoria que se dará a continuación. CSKA y Real Madrid son los reyes de la Copa de Europa (ahora Euroliga), porque desde que se instauró esta competición en la temporada 1957-58, los españoles la han ganado en diez ocasiones y los rusos hasta en siete, siendo primeros y segundos en el ranking.
En esta edición se reedita el duelo de la temporada pasada, donde ambos también se encontraron en semifinales y donde los blancos se llevaron la victoria y a la postre, el título continental. Los precedentes en la campaña actual no son buenos para los de Laso, pues los moscovitas dirigidos por Itoudis, se llevaron los dos partidos disputados. Aún así, la entidad de los equipos es tal y el premio es tan grande, que aventurar un favorito entre estos dos gigantes del baloncesto europeo sería una temeridad.
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Los rusos han jugado a esconder a Sergio Rodríguez. Ellos mismos daban por complicada la comparecencia del base canario en Vitoria tras un esguince sufrido en su liga doméstica, pero tras unos días de especulaciones, parece que sí jugará. Con el “Chacho” disponible y salvo imprevistos de última hora, ambos equipos se presentarán con todo, y hablando de las plantillas de Real Madrid y CSKA, es mucho.
Ambas entidades han visto premiada su paciencia al apostar ciegamente tanto por un mismo entrenador como por un bloque de jugadores, tocando lo mínimo temporada tras temporada, fichando sólo lo necesario si se perdían piezas ante el empuje de la NBA o simplemente para fortalecer una parte del juego que les debilitaba. En los rusos llega lanzado Nando De Colo en la que puede ser su última temporada con CSKA, pues el francés, que había completado una fase regular aceptable, explotó en playoff ante Baskonia promediando 18 puntos y 20.8 de valoración. Junto a él, Higgins y Cluburn son los que se presentan en mejor estado de forma, pero sin descartar a los Chacho, Kurbanov, Peters o Vorontsevich, jugadores de un nivel superior que si tienen el día pueden desnivelar la balanza a favor moscovita.
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Por parte madridista, el nombre es Facundo Campazzo. El base dio un paso adelante con la lesión de Llull y alcanzó un nivel de juego que no se le había visto hasta el momento. Su capacidad para hacer jugar a los suyos, para ser ejecutor si hace falta o para maniatar mediante su defensa a cualquier base/escolta rival, le hace ser ahora mismo un jugador imprescindible en los esquemas de Laso y una verdadera amenaza para su rival, que tendrá que modificar puestos para defender al “superratón” de Córdoba (Argentina) o cambiar quintetos para introducir a Hackett, único que pinta capaz de molestarle junto a Higgins. Pero Facu ya no estará sólo tras la recuperación de Llull, pues tendrá un jugador que pese a que aún está buscándose a sí mismo desde aquella maldita lesión de rodilla, sigue siendo un jugador top que se crece en las citas importantes, pues si el de Mahón entra en ebullición, ojo, porque es un MVP en potencia.
Otros dos nombres se muestran importantes de entre las filas blancas y es que en la eliminatoria ante Panathinaikos, aparte de Campazzo, destacaron sobremanera tanto Tavares y Jeff Taylor. El sueco ha terminado de consagrarse como un “3&D”o el jugador que aporta “triples y defensa”, figura que tanto ha dado que hablar en el basket americano y que parece, Laso importó para el Madrid en la figura de Jeff. El alero destaca atrás, pero también se está mostrando como un consumado lanzador de triples, siendo muy eficaz cuando los ejecuta desde las esquinas. Taylor, convertido en amenaza en cada lado de la cancha, completó una serie bestial ante los griegos del PAO, borrando a Calathes primero y desarmando a sus pares cuando acudían a las ayudas, toda una ametralladora que esta vez, sí acierta.
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El de Maio, el gigante Tavares, acuñado ya como “mejor defensor” de la competición, forzará a los pivots rivales a lanzamientos de media y larga distancia, a bajar sus porcentajes de acierto y variar sus mecánicas de tiro para poder acertar, obligándoles a sumar más fallos que aciertos, lo que le permite al Madrid dominar el rebote defensivo y por ende correr, lo que le da vida al equipo de Laso. Con Edy, la pintura del Madrid se blinda, un jugador que si no se carga rápido de faltas, será una fuerza a tener en cuenta. Pero si la cuenta de Itoudis acaba en éstos, el error será mayúsculo, pues aparecerán la fiabilidad de Rudy y Causeur, la puntería de Carroll, la potencia de Deck, la calidad de Randolph y Thompkins o la voluntariedad de Ayón para hacer saltar por los aires la calculadora rusa.
En definitiva, dos entrenadores que piensan parecido, que gustan de un baloncesto dinámico en busca tanteos altos, que no dudan en lanzar a sus equipos a la primera señal de contraataque y cuyas plantillas están plagadas de jugadores capaces de generarse sus propias canastas, jugadores de nivel top que pese a tener esas facilidades ofensivas, también se muestran como monstruos defensivos, equipos que atacan bien porque defienden incluso mejor. Itoudis y Laso, también se mimetizan en sus virtudes defensivas, logrando “matar” a sus rivales a través de una actividad física alta que se traduce en presión constante al balón, trabajo agresivo en líneas de pase y la protección de su pintura. Un choque épico del que no nos extrañaría ver salir al próximo campeón de Europa.