Una crónica de: @MiedoEscenico2
Mentiríamos si dijéramos que el Real Madrid ha jugado un partido de Liga en Vallecas. Claro que estaban allí Courtois, Carvajal, Varane, Vallejo, Marcelo, Llorente, Modric, Kroos, Ceballos, Bale y Mariano, a las 20:45, dispuestos a jugar (?) el partido. Pero es que lo que salió a jugar, otra vez vestido de rojo coral, no era el Madrid. No era el equipo que hace un año se preparaba para cerrar la semifinal de Champions contra el Bayern. Si me apuran, ni siquiera era el equipo que hace una semana doblegó al Athletic de Bilbao en el Bernabéu. Lo de hoy eran 10 sombras vagando por el campo. Digo 10, porque el único al que se puede salvar de la quema es a Thibaut Courtois: paró las dos ocasiones más peligrosas del Rayo, y le marcaron el gol en un penalti, en el minuto 23. El belga fue el único que cumplió en un partido para olvidar.
Estadística 1: El Rayo Vallecano remató 11 veces, 5 de ellas a puerta. El Real Madrid remató menos, tanto en total como a puerta. Ya sólo por eso, el equipo franjirrojo mereció ganar. Es cierto que un disparo lejano, con la derecha, de Marcelo, en los primeros minutos, dio algo de sensación de peligro. Pero el Rayo se sacudió esa sensación llevando el peligro a la otra portería, a base de carreras eléctricas de Bebé, que dejaron a Carvajal en evidencia. Es verdad que Bale lanzó una falta directa en la segunda parte que iba fuerte a portería, pero centrada, y que ése fue todo el peligro que el Madrid generó en esa fase.
Estadística 2: El Rayo Vallecano, en la segunda parte, tuvo más posesión, dio más pases y con más acierto, remató más, regateó más que el equipo hoy rojo. Cuando el último clasificado hace eso contra el Real Madrid, no hay mucho más que comentar. Kroos trató de mostrarse algo más activo, pero Llorente no estuvo especialmente bien, Ceballos perdió balones y volvió a estar descabezado, y Modric, vigente balón de oro, no dio una a derechas. El Madrid se hundió por un centro del campo inoperante, que ni controló, ni dominó el partido en ningún momento. Bale, en la delantera, corrió como un wide receiver de fútbol americano, pero los quarterback parecían haberse bebido antes del partido tres botellas de tequila cada uno, y no le daban un solo pase en profundidad bien. Mariano, preso de su entusiasmo, cayó hasta 4 veces en fuera de juego, sin que parezca tener muy clara la regla. De remates, ni hablamos, hizo dos, y los estrelló contra la defensa del Rayo.
Estadística 3: En su primer año como entrenador del Madrid, cuando se incorporó en enero sustituyendo a Benitez, Zidane dirigió al equipo en 27 partidos, y sólo se quedó sin marcar gol en 3 de ellos. Al año siguiente, lo dirigió en otros 60, y el equipo marcó gol en todos. En la posterior, fue el entrenador del equipo blanco durante 62 partidos, y dejó de marcar solamente en 6 de ellos. Es decir, el Madrid de Zidane se quedó sin marcar en 9 partidos de los 149 que jugó. En los 8 partidos que lleva dirigidos en su actual etapa, el Madrid ya se ha quedado sin marcar en los dos últimos. Otros días podría achacarse esto a diferentes motivos: falta de acierto, por ejemplo. Hoy el problema ha sido que el equipo no ha comparecido en Vallecas. Balones perdidos por doquier, errores en el pase, despejes al rival, centros a la nada… Un absoluto desastre.
Sin que las estadísticas lo puedan explicar todo, en este caso, dan luz sobre lo ocurrido en este partido. El Madrid no estuvo a la altura, ni futbolística ni estadísticamente. Le faltó espíritu, actitud, clase, determinación y poder ofensivo. Es decir, que no se pareció en nada a sí mismo. Recordó, en cierta manera, a aquel Madrid depresivo de Queiroz que, después de caer en la final de Copa del Centenariazo, se convirtió en un cadáver andante. La única buena noticia es que solamente quedan tres partidos para acabar con esta película de terror. La mala es, sobre todo, que cada semana unos cuantos jugadores rellenan su participación para salir del club este verano, y hasta los que parecían seguros le deben de estar generando dudas a Zinedine Zidane.
Imagenes: realmadrid.com