por Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com
Anda el Real Madrid un poco huérfano de alegrías y hoy tuvo una doble, por un lado la séptima victoria en ACB sobre ocho partidos y por otro ver cómo es posible tener un relevo en el puesto de jugadores exteriores, ya sea en el puesto de 1-2 si se produce una baja tan significativa como es la de Rudy Fernández, y ese hombre (o niño según se mire) tiene nombre y apellidos, vayamos con nuestro OjO Al Blanco, el dedicado a alguien cuyo nombre es Luka, como aquella famosa canción de Suzanne Vega.
Esa defensa me gusta, pero no es la mía
Tras digerir dos bajas tan traumáticas como la de Rudy Fernández (los madridistas van a tardar mucho más que el resto de España en olvidar el oro europeo) y Trey Thompkins con un aparatoso vendaje en la mano, se presentaba el Real Madrid en Bilbao ante un abarrotado Miribilla y con un equipo enfrente dispuesto a ahondar más en la herida, y a fe que lo consiguió en el principio con una defensa que ya querría usar el Madrid este año, agresiva a más no poder en cualquier zona interior-exterior del campo y si no tuvo más ventaja en el marcador fue porque Alex Suárez parecía tener compasión de sus próximos compañeros con un 0-4 desde 6.75, así que, una vez más, la cosa no pintaba muy bien.
El dolor estaba en el poste bajo
Muchos de los problemas madridistas en su defensa tenían un origen claro, el poste bajo era el germen del mal para los jugadores de Laso, los balones interiores llegaban con demasiada facilidad y posibilitaban situaciones de 1×1 u obligaban a ayudas largas que en los dentro-fuera dejaban muy cómodos al tirador de negro (mención especial de Bertans). Había que corregir ese primer problema y la zona de presión planteada por Laso tuvo la solución obligando a los jugadores locales a centrarse más en jugar por fuera que en vez de seguir percutiendo en el interior, fue un pequeño triunfo táctico.
Los cuatro mosqueteros
El Real Madrid, como si estuviera en la Francia del cardenal Richelieu, tuvo que ponerse en manos de cuatro mosqueteros, un Llull que fue capaz de no descentrarse con su 0/6 en triples y se dedicó a defender como si no hubiera mañana, un Felipe Reyes que fue capaz de ponernos con las manos en la cabeza fallando una bandeja clara pero recibió nada menos que 8 faltas convirtiendo tiros libres en momentos claves. Un Jaycee Carroll que volvió a recuperar el tino en el tiro con 19 puntos en 14 minutos (por Dios, mantenlo el jueves) y finalmente, unGustavo Ayón que sigue creciendo y aportando pero, hay que decirlo también, con algún problema en defensa, sobre todo en el tema de ayudas cuya indecisión en algunos momentos, ocasiona un camino fácil al rival.
Un partido defensivo a más de 90 puntos cada uno
Hoy tuvimos la demostración de la falsedad de todas esas teorías que dicen que una baja cantidad de puntos significa mala defensa. Nada más lejos de la realidad, ambos equipos jugaron momentos de alta defensa, con alternativas entre individual y zonas, con situaciones de 2×1, con lanzamientos punteados y ¿qué pasó? Pues que uno metió 92 y el otro 99, así que vayan tachando eso de su lista de obviedades.
My name is Luka I live on Real Madrid
Si recordamos a la ya nombrada canción de Suzanne Vega, podemos decir que, en su momento, fue una de las grandes sorpresas cuando llegó al panorama musical y que ha perdurado (y perdurará durante muchos años más), es probable que pase algo parecido con Luka Doncic, un jugador dispuesto a romper con todos los registros como ha hecho hoy, siendo el jugador más precoz en tener una valoración de 22 y, sobre todo, ser capaz de hacer cosas que otros no se atreven. Que hay pasillo, para dentro que se va, que hay un jugador desmarcado, allá que manda el balón, que hay opción de tiro, pues triple que te mete, que hay que gorrear a un histórico como Mumbrú, pues allá que te lo pone. En resumen, un jugador total que hoy vimos en uno de sus momentos de esplendor. ¿Habrá continuación el jueves contra Fenerbahce? Solo Ser Laso lo sabe, y si le ponemos ese título, es por su logro de 200 victorias en ACB.
