por Una previa de: @jmcanasv – losojosdeltigre.com
El Real Madrid llega a la semana decisiva de la temporada con un refuerzo de lujo, el de Sergio Llull.
Madrid, 25 de Abril de 2018 José María Cañas, losojosdeltigre.com
Todas las guerras tienen batallas decisivas. Días en los que las batallas acaecidas acaban decidiendo el resultado de la contienda: Verdún, Normandía, Brunete… batallas sanguinarias pero que acabaron decidiendo el ganador de la guerra.
Aunque afortunadamente el deporte no tiene nada que ver con la crueldad de una contienda bélica, en el baloncesto también hay batallas decisivas. Días D que acaban definiendo el resultado de la campaña. Partidos que si se ganan no solamente te acercan a un título sino que también te empujan para conseguir el resto de objetivos. Y, por supuesto, también al revés, una eliminación en un torneo puede contagiarte en el resto para mal (no hay más que ver lo que le afectó su desastrosa Final Four del pasado año).
Pues bien, esa batalla decisiva ha llegado. Al menos, la primera de ellas. El Real Madrid ya está ante la semana decisiva con dos partidos en casa que pueden decidir si va (o no) a la próxima Final Four. Y es que traerse la ventaja de cancha la pasada semana estuvo muy bien, pero ahora toca conservarla ganando este miércoles para tener la opción de sentenciar el viernes.
Pero lograrlo no va a ser nada fácil. En primer lugar porque el Panathinaikos sigue realizando declaraciones increíbles que no tienen otro destino que presionar a los árbitros para conseguir el triunfo. Pascual es un viejo zorro que sabe perfectamente lo que se hace.
En segundo lugar, porque en el Madrid tiene que aportar más gente que la vieja guardia, Ayón, Rudy, Felipe o Carroll necesitan que Doncic, Randolph o Thompkins también aporten a ambos lados de la cancha.
Y en tercer lugar, porque la ocupación del pabellón sigue siendo una incógnita. Aunque todo el papel esté vendido, el que este encuentro coincida con horario laboral puede provocar que algunos abonados no vayan en un partido en el que el pabellón tendría que ser más infierno que nunca.
Claro que hablando de días D, si para alguien este lo es, ese no es otro que Sergio Llull. Tras ocho meses y medio, el aeroplano de Mahón vuelve a las canchas para ayudar a sus compañeros en el momento preciso. Cierto es que será dificil que podamos ver su mejor versión (o, incluso, durante muchos minutos), pero su sola presencia ya debería servir como acicate tanto a compañeros como a la grada de cara a conseguir un punto, el tercero de la serie, que suele ser decisivo.
