Un articulo de: @pepo2204
Madrid, abril de 2018.
La batalla final parece haber comenzado. Pero aún no sabemos si es un espejismo o realmente nos encontramos ante la consumación de algo que hace bien poco tiempo no podíamos preveer.
El arma con el cual se ha desencadenado la refriega ha sido un ácido tweet. El soldado que inmisericorde se ha lanzado a tumba abierta al frente sin encomendarse a Dios ni a su madre y sin decir hoste ni moste, ha sido quizá quien el otro bando menos esperaba. De ahí la sorpresa. De ahí las quejas contrarias. Como César a Bruto: «tu quoque fili» (tú también hijo mío) «Su protegido», quién creían uno de sus enlaces en el otro bando ha abierto la espita de los truenos; aunque en honor a la verdad su acción ha sido más bien reacción.
Reacción a la calumnia permanente, a la doble vara de medir constante que ya alcanza su grado álgido en forma de cinismo recalcitrante soltado sin vergüenza ni pudor tras una victoria pírrica, sí, pero justa, a la que se tilda de robo manifiesto, contraponiéndola a un – esta vez sí – atropello descarado – llamándolo gesta épica.
Lo habéis adivinado: El tweet de nuestro querido Isco Alarcón ha golpeado en la línea de flotación de la prensa deportiva de este país. Cuando en un alarde de cinismo como se han visto pocos y seguramente amparado en la supuesta impunidad que perciben tener, el conductor del programa de la Cope, Juanma Castaño, hizo la comparativa del aytekinazo con la victoria del partido del Madrid ante la Juve, Isco estalló.
Y después el entrenador, en lo que ya parece un claro: «Hasta aquí hemos llegado». Además se vieron secundados sorprendentemente por otros deportistas como Nico Almagro o por el propio Kaká que desde Brasil desmintió al diario As en lo que parece un no parar en esta escalada de hostilidades; hostilidades que se hubieran evitado de haber cumplido los periodistas con su función informativa en lugar de usar el sectarismo más penoso y ruin para tratar de desprestigiar la victoria del Madrid.
Sabéis los que ya me habéis leído más veces cuando he escrito para esta casa, que estoy convencido de que el Club debería cambiar su política de comunicación. Y espero que ésta sea la espuela que le azuce a tomar esa difícil, pero a mi juicio necesaria decisión. Isco ha subido su popularidad entre la grada merengue que ha visto como por fin uno de los de corto se enfangaba en esta pelea de la que hablamos sólo los aficionados. Y era necesario también porque como os decía al principio, este jugador gozaba del privilegio de la prensa palmera que le reía las gracias y le adulaba con el único fin de que les diera «carnaza» que poderse llevar a la boca.
A consecuencia de ello, por supuesto los periodistas de forma corporativa se lanzaron a la yugular del de Arroyo de la Miel. Pero ya no había quien parara esto y ahora lo que debemos comprobar con atención es si esto acaba aquí y tenemos calma chicha y vuelta a lo mismo pasado un tiempo o si por el contrario, la guerra de los mundos – periodístico y Madridista – va hasta sus últimas consecuencias, en cuyo caso, quedarán al descubierto muchos de los intereses de algunos de esos periodistas con acciones en agencias de representación de jugadores y otros tejemanejes que se traen habitualmente y presumiblemente caerán caretas para ocio y regocijo de los aficionados blancos.
Mi deseo lo conocéis, ahora esperar que una vez que termine la «Guerra de los mundos» me permita poder escribir de otra cosa; por ejemplo de fútbol. #HalaMadrid