Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com
Ya lo dijimos en las Notas Para No Perderse, el Real Madrid jugaba lo más parecido a una final frente al Khimki y la acabó perdiendo, ¿Por qué? Pues porque no las metió y en este juego puedes tener mucha estadística a favor, pero solo la gana quién mete más puntos, justo lo que hizo el equipo ruso. Así que vayamos sin más preámbulos a nuestro OjO Al Blanco, el de un misil ruso en el que pone la duda de si la flotación madridista está en peligro.
This is not Manresa
Una cosa no tiene duda alguna, el Khimki respira calidad mires donde mires, con jugadores absolutamente desequilibrantes en todas sus líneas y que no se asustaron ante la salida inicial del Madrid buscando un ritmo extra-rápido y consiguiendo un 4-0 que intentaba rememorar a Manresa, sin embargo, como se ha podido comprobar hoy en el Barclaycard, el equipo ruso no se parece en casi nada al catalán e inmediatamente replicó con una contundente defensa que tenía, como principal objetivo, bajar la velocidad de crucero blanco, ya fuera con faltas, con balances, con una circulación excelsa de balón o con cualquier otra arma, civil o criminal, que estuviera a su alcance y vaya si lo consiguió.
De los tirones a la regularidad
El Madrid fue completamente irregular durante todo el choque, haciendo la goma en varias ocasiones y sufriendo desventajas de 10 puntos que solo eran recortadas con acciones de calidad individual porque el juego colectivo brilló por su ausencia. Por contra el Khimki hizo mucho mejor movimiento de balón, se les veía más conectados entre ellos, movía el balón con calma, se acostumbraba mejor a un arbitraje que dejó repartir todo lo que quiso y, por encima de todo, manejaba el tempo del partido con un Tyrese Rice que lleva camino de ser declarado enemigo público número 1 del madridismo y que se comió a cada uno de los defensores blancos que tuvo, un jugón en estado puro.
La ansiedad llevó a la crispación
Lo hemos dicho en el inicio, el Madrid fue horripilante tirando, daba igual que el jugador estuviera librado o con un jugador del Khimki encima, sus porcentajes fueron espantosos como lo demuestra la estadística, 42 % en tiros de dos, 30% en triples y 70% en tiros libres con la friolera de 10 lanzamientos fallados desde 4.60 metros, y eso le empezó a crear una ansiedad que hacía que las jugadas fueran a lo loco, con un Rudy empecinado en la penetración chocándose una y otra vez con los pívots , con Sergio Rodríguez capaz de lo mejor y de lo peor, como principal muestra del vaivén en que vivía el equipo blanco, o con un Jaycee Carroll que sufrió como nunca ante las faltas recibidas y que lastró su gran partido. Todo ese cúmulo hizo pasar al Madrid de la ansiedad a la crispación y se enroló en guerras contra el arbitraje que, por muy malo que pudiera ser, no quita que ello creara un clima de inestabilidad que el Madrid no supo gestionar.
Una corta plantilla, más corta aún
Este titular parece un juego de palabras pero no lo es, el Real Madrid tiene una plantilla muy corta para andar por Euroliga con 12 jugadores, pero si encima hay dos que en Euroliga tienen un papel de ver desde el banquillo (Doncic y Willy), otros siguen sin encontra la “pimienta” como el Chapu Nocioni que, como siga así, va a salir a técnica por minuto que juegue (hoy menos de tres), Maciulis que sigue sin encontrar su sitio (8m21seg), un Jaycee lastrado por las faltas (12m30seg) y dos americanos que hoy no fueron referentes (Thompkins y Taylor) nos deja muy pocas armas a los blancos para hacerle frente a la plantilla del Khimki y que estuvieron personificadas en el excelso partido (una vez más) de Gustavo Ayón, tanto en juego como en números (14 puntos y 15 rebotes, 30 de valoración) y eso que, aún así, hubo bola para ponerse por delante o empatar. Díganme ustedes si no es para seguir teniendo fe.
Lo que viene
Cuatro finales le quedan al Real Madrid, en las cuales esperamos que los resultados mejoren y se clasifique para el Top16 y, a partir de ahí, ya se verá qué pasa, nosotros no vamos a dar ningún mensaje lapidario ni tremendista, seguimos creyendo firmemente que en la segunda fase estarán los blancos porque calidad tienen de sobra para ello y porque, no todos los días se van a dar tan mal las cosas como hoy. Creemos y tenemos fe, esa que dicen que mueve montañas.
Aquí lo dejamos, no sin echar un vistazo a las mejores jugadas del partido, gracias a todos y, sobre todo, seguid con FE.