Una crónica de: Manuel Pérez Abascal
Y Cristiano sacó su fusil justo a tiempo. Salvó las opciones del Madrid en esta liga y le dio aire cuando el Getafe con Bordalás al frente habían llevado al límite al equipo de Zidane. En un partido gris, con un nuevo ejercicio de revolución táctica desde el banquillo demostrado por el francés en un claro mensaje a la plantilla: Aquí, todos tendrán oportunidades.
Con Casemiro, Varane, Modric e Isco fuera por decisión técnica y las ya consabidas de Bale, Kovacic, Carvajal y Navas por baja médica. La responsabilidad recayó en Achraf dando un nivel óptimo en defensa y tímido en ataque y Marcos Llorente que tuvo un papel aseado, atento a coberturas y dando salida fácil al balón. Con Benzema, que después de más de un mes reaparecía como fiel primer espada del portugués y siendo el jugador más destacado del primer tiempo.
Un primer tiempo que se jugó en campo getafense, pero también al ritmo que pretendía el equipo azulón, con vajillas, platos, cubiertos y césped en idénticas condiciones del que hablaban Simeone y Valverde esta semana. Con continuas interrupciones que imposibilitaban el buen riego y correcta circulación del balón por parte de los blancos. Con mucha conducción, balón al pie y poco desmarque. El Madrid se mostraba tibio y gris, con poca sensación más allá de lo generado por Karim Benzema y las jugadas a balón parado traducidas en numerosos córners mal ejecutados.
El Madrid echaba en falta mayor velocidad de balón y uno contra uno. Pero sobretodo, echaba en falta la aportación de Modric y la imaginación de Isco. Aún con esas, se marchó al descanso con ventaja tras el golazo de Benzema. Jugada de astucia, habilidad técnica, velocidad y definición. Criticado por casi todos, sigo pensando que el Madrid es más reconocible con el francés y su presencia es fundamental más si cabe, cuando el equipo se presenta con cuatro medios y dos atacantes. Se asoma al medio campo, descarga a banda y puede entrar en contacto con el balón al tener una referencia clara arriba en Cristiano Ronaldo.
Pero todas las buenas sensaciones que había dejado el resultado al descanso, se disiparon con el gol del Getafe en claro fuera de juego. Cuesta creer que una jornada sí y otra también, el Madrid sufra este tipo de “zancadillas” que le reporten al equipo blanco un esfuerzo extra. Cuesta creer como un equipo que realiza 8 faltas acaba con 3 tarjetas y el otro que realiza 23, lo hace con 2 en su haber. En fin, nada nuevo bajo el sol .
No es excusa, porque tras la “gracia” arbitral de cada jornada, el Madrid tuvo tiempo y mimbres más que de sobra para revertir la situación. Pero lejos de ello, todo se volvió desordenado y sin control alguno, el Getafe con muy poco descosió al Madrid. Aprovechó la efervescencia de su gol y el golpe de ánimo que generó para que el Madrid se pusiera nervioso y abandonara el partido a un cara o cruz. Y sólo volvió a una situación de “normalidad” cuando Isco apareció en el campo poniendo cordura, talento y un pase magistral aprovechado por un Cristiano que se volvía de vacío. Pero eso es mucho decir con Ronaldo en juego, nunca debe darse nada por sentado. Hasta entonces el Getafe había puesto los grilletes al Madrid, pero con no hay acero capaz de detener al mejor. Cristiano sacó a relucir su mejor faceta salvando los muebles de un equipo que sigue buscando regularidad en juego y en resultados. Hasta entonces, bien vale tener a Cristiano Ronaldo.