Un articulo de: @resurreccion_93
El hombre siempre ha soñado con hacer cosas que escapaban a su tiempo y es ese afán de superación, esa creencia de que no hay nada imposible, la clave de la evolución tecnológica. Seguramente Leonardo da Vinci fue tachado de loco en el s. XV cuando diseño artilugios voladores dirigidos por el hombre; a Julio Verne en el s. XIX se le consideró un fantasioso desmesurado cuando escribió “De la Tierra a la Luna” y apenas un siglo después el hombre pisaba la patria de los selenitas.
Hoy, una de las máximas aspiraciones de la humanidad es viajar en el tiempo, poder desplazarse por la Historia para vivir in situ los grandes acontecimientos acaecidos o quizás para trastocarlos, siempre pensando que nosotros lo habríamos hecho mejor.
Robert Zemeckis no es ni de lejos Leonardo o Verne, pero en los años 80 realizó un saga de éxito cinematográfico, Regreso al Futuro, de las cuales yo solo destaco la primera entrega, las demás fueron secuelas movidas por el éxito económico de la primera. En esta el joven Marty McFly se aventura a viajar al pasado, pues en el presente su padre George es un hombre sin espíritu, conformista y cobarde, que se deja humillar y pisotear por un detestable jefe (Biff Tannen) que lo dejaba en ridículo una y otra vez delante de su familia, sin reaccionar, produciendo un sentimiento de desesperación e ira en el joven Marty.
Ese sentimiento describe muy bien lo que yo siento en el presente cada vez que Keylor Navas dibuja un espectacular escorzo en la portería del Real Madrid y salva a nuestro equipo de encajar un gol. Mucho se habla del rigor defensivo y la mejoría táctica desarrollada por Benitez, pero en lo que va de temporada, 8 jornadas, se me vienen a la cabeza no menos de 7 espectaculares intervenciones del “tico” que ni rigor táctico, ni compromiso defensivo, ni gaitas… Pura Vida.
Sin los vuelos majestuosos y sin las maniobras felinas de D. Keylor Navas a estas alturas llevaríamos encajados como mínimo cuatro veces más goles. No critico ni mucho menos a nuestro entrenador, creo efectivamente que está armando al equipo de atrás a adelante, implantando un rigor táctico muy destacable y un sistema defensivo que con el tiempo dificultará mucho a los contrarios acercarse a nuestra portería. Pero en estos primeros momentos, con los lógicos desajustes (algunos protagonizados por Marcelo y Ramos no tan lógicos) es necesario tener blindada la portería con un portero, simplemente un portero, que ordene, que esté atento, en tensión, que despeje de puños, que no tenga miedo al juego aéreo y sobre todo que pare. Un equipo como el Madrid, por lógica, llevando la iniciativa del partido, va a ser atacado con ocasiones de gol pocas veces, por eso cuando estas se producen, es obligatorio tener en la portería un portero (y valga la redundancia). Y ahora no es que tengamos portero, es que tenemos un coloso, el mejor portero del mundo en la actualidad. Él está manteniendo al equipo vivo en momentos de extrema exigencia. Excelso Keylor. Grandísimo Navas.
Para evitar en la medida de lo posible esas ocasiones que los contrarios nos crean cuando la línea de creación pierde el balón y ante un sistema defensivo aún desajustado, Marcelo sigue siendo un lateral aberrante por más que marque goles y asista, es necesario que en el centro del campo haya un hombre sacrificado, duro, expeditivo, solidario y no exento de técnica pues en muchas ocasiones y ante la presión de los contrarios a nuestros jugones, se verá en la exigencia de ser él el que conduzca el balón y lo distribuya con criterio. He aquí que el bueno de Rafa tuvo el grandísimo acierto de repescar un jugador con un nombre poco comercial, pero que desarrolla su labor como yo no lo había visto en el Madrid desde el mejor Xabi Alonso, el de la Liga de los records de Mourinho. Casemiro ha asumido ese incómodo rol de ser la boya que mantenga a flote al equipo cuando las líneas se descomponen. Un Makelele con más envergadura y más técnica. Magnifico comienzo de temporada del brasileño. Ya en la temporada de “La Décima”, demostró su valía y buena parte de la orejona de Lisboa se la debemos a su sensacional actuación en Dortmund cuando los “panzers” del Borussia asediaban nuestros flancos. Paró el aluvión, puso orden y algo de cordura en aquel desbarajuste y desactivó la envestida alemana. Ancelotti se lo agradeció ninguneándolo el resto de la temporada y mandándolo a Oporto en verano.
Mi ira y desesperación ante esta realidad que hoy vivimos, se desata cuando imagino cómo habría transcurrido la temporada pasada, si en vez de “El Fardo de Móstoles” hubiese sido Keylor Navas quien defendiera nuestra portería. Cuántos puntos no se hubiesen escapado, cuántos goles no habríamos encajado, a cuántos contrarios no hubiésemos revivido si hubiesen visto en la portería a un titán en vez de a un espantapájaros. También me exaspera hasta la rabia imaginar que ante la lesión de Modric, en vez de al Batman de Mutriku o al presunto alemán eternamente lesionado, el huevón de Carlo hubiese tenido como recambio a este protento físico llamado Casemiro y que ya en otra ocasión, le salvó su acomodaticio trasero.
Al igual que Marty McFly no tuvo miedo a viajar en el tiempo para zarandear a su entonces adolescente padre para que reaccionara ante la humillación de aquel repugnante Biff Tannen, yo tampoco tendría la más mínima duda de subirme a aquel destartalado DeLorean y marcar la fecha de Agosto de 2014 para encararme con el advenedizo Carletto hasta hacerlo reaccionar y comprender que ni un exportero, ni un cagón de Donosti, ni un caradura de origen tunecino, podían cerrar el paso a un portero maravilloso y a un centrocampista valiente. Si eso hubiese ocurrido a buen seguro hoy al menos 2 trofeos más lucirían en las vitrinas del Bernabéu en vez de en un lugar de cuyo nombre no me quiero acordar. Por desgracia esta ilusión aún técnicamente imposible así que no podré realizar mi particular… REGRESO AL FUTURO.
¡HALA MADRID Y NADA MAS!