Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Nadie, en su sano juicio, podrá poner ni un solo pero a la victoria del Valencia Basket en el día de hoy, ganó justamente a un Real Madrid muy tocado física y anímicamente, dejándolo al borde de una eliminación histórica y para el que tendrá que tirar de heroica.
Un pasillo con fuego
No se puede negar que se lo montó bien Valencia Basket para este tercer partido, por un lado un pasillo de aficionados a pie de pista saludando a los jugadores (inclusive también presentes cuando salió el Madrid a calentar) y dos cañones de fuego, quizás no tan espectaculares como los que usa Euroliga, pero bastante llamativos en el ambiente infernal que le esperaba a los blancos.
Ningún parecido con lo visto
Como se dice en alguna película, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, aunque en este caso deberíamos decir, con los partidos anteriores, el Madrid, con un cambio en su quinteto habitual entrando Felipe por Randolph dejó bien claro que sus errores de concentración en la salida estaban olvidados y gracias a una buen defensa, a claros contraataques y a buen movimiento de balón, se permitió coger hasta once puntos de ventaja del encuentro ante un Valencia que estaba tocado y que, si bien Dubi era su principal (y casi único) valedor, sus errores desde 6.75 como casi única opción de ataque, les dejaba el partido en desventaja.
El apagón dio la oscuridad
Era evidente que Ayón tenía problemas con Dubi en defensa, aunque le respondía bien en ataque, pero las verdaderes dificultades que se encontró el Real Madrid fue en sí mismo con las rotaciones interiores, todo ello porque, a pesar de tener un Doncic volviendo a rendir como en sus mejores tiempos, tanto en control de juego como en agresividad al aro, tanto Randolph como Hunter fueron sombras de lo que se espera de su rendimiento y, con errores clarísimos que permitían salidas al contraataque, más un San Emeterio tocado por varita mágica (y sin casi defensa) se iba al descanso con 12 puntos y dejando a su equipo un punto arriba (36-35).
El tapón al aro
Definir la segunda parte nos deja con dos epígrafes, uno de ellos dedicado a un Real Madrid que fue un espejismo de sí mismo, completamente superado por el Valencia Basket, se obcecó en acciones sin orden ni concierto, lanzando triples bien punteados y solo Gustavo Ayón mantenía alguna mínima posibilidad de remontada, pero que se iba diluyendo según pasaban los minutos porque los blancos no tenía ni una sola vía para anotar.
Un espectacular Valencia Basket
No podemos acabar este OjO sin hacer una loa al juego desplegado por el Valencia Basket, tanto en defensa como en ataque, en su aro, el sistema de ayudas de Pedro Martínez no daba un tiro bien lanzado para el Madrid, mientras que en ataque, un movimiento de balón excelso, cambios de ritmo que dejaban a su rival clavado (con malas ayudas defensivas) unido a una plena confianza en su juego, maniataron a un Real Madrid que tendrá que tirar de heróica si no quiere despedir la temporada este viernes tras caer derrotados 81-64.
Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva a La Fonteta el próximo viernes (nunca mejor dicho), donde el Real Madrid buscará empatar la serie y venir a la capital para cerrar la serie, nosotros nos despedimos por hoy y por supuesto, ya saben, siempre con una sonrisa, aunque hoy nos cueste un poco más.