OJO AL BLANCO: Victoria demoledora por destrucción serbia

Una crónica de: @Javirodespiplanetacb

No hubo ocasión de una cuarta derrota consecutiva, tras un espectacular primer cuarto, el Real Madrid arrasó al Estrella Roja y a partir de ahí se dedicó más a controlar el partido pensando en su cita del domingo que preocuparse por el daño que pudiera hacerle el equipo serbio, en resumidas cuentas, fue una victoria por destrucción serbia, como el título de nuestro OjO Al Blanco.

Foto: Virginia Pacheco / Planetacb

Cómo gritan estos tíos

En las 10.247 almas que se reunieron en el WiZink Center, hubo una gran cantidad de afición del Estrella Roja que gritaban cuales posesos en los inicios del partido, no obstante, luego la cosa fue decayendo por cómo se iba dando el encuentro pero cuando empezaron a gritarse unos a otros en los lados de la cancha en la que estaban, nos hizo pensar lo que tiene que ser el Pionir cuando eso se llena.

La maravilla de las maravillas

Últimamente tenemos la duda de cómo va a salir el Madrid, sobre todo tras esas tres derrotas en que sus malos inicios le han condenado a ir tras remolque gran parte del encuentro, y, sin embargo, lo que hemos visto hoy, pasará a los anales de una primera parte que ríanse ustedes de aquella temporada que el Madrid solo ganó una Copa del Rey pero nos enamoró con su juego. Sencillamente fue una delicia ver el espectáculo que dio el equipo blanco llevando al extremo la circulación de balón con extra-pass incluidos, el ansia de ir a por los rebotes hasta el punto que entre los propios compañeros se los quitaban, o graduar perfectamente la intensidad defensiva que iba in crescendo según se iba jugando la primera mitad. De ahí que no nos extrañe que acabara con 63 puntos anotados y un 89 de valoración, simplemente espectacular.

El Estrella acabó estrellado

Nos resulta difícil hablar de un rival que venía con la aureola de mejor equipo defensivo de la Euroliga y se llevó tal chorreo en la primera mitad, seguramente ni su entrenador Radonjic era capaz de encontrar la solución e inclusive, en un tiempo muerto, simplemente se quedó callado mirando a todos sus jugadores como buscando respuestas que ni él encontraba, el Estrella Rojo fue el invitado que nunca quiere asistir a una fiesta, se vio completamente impotente ante el aluvión blanco y, lo que es peor, sin dar muestras de ninguna competitividad que hiciera albergar alguna esperanza de mejora. Tras esa primera mitad de órdago, su único objetivo fue esperar que el tiempo pasase en busca de unas sensaciones que nunca llegaron.

Real Madrid - Crvena Zvezda 11

Foto: Virginia Pacheco / Planetacb

Mínima carga para el clásico

El reparto de minutos por parte de Laso fue realizado milimétricamente pensando en el partido del domingo, y más viendo que estaba todo acabado en la primera mitad, quién más minutos acumuló fue Llull con 24, Draper no jugó por decisión técnica y quizás, el peor parado, fue Trey Thompkins (él no juega ACB) que fue uno de los que menos minutos tuvo (solo 13:44) y una sensación de fragilidad defensiva que no parece buena compañera para los partidos que quedan en que se avecina lo más importante.

El Ayón de siempre, Ayón como nunca

Quizás este año no estemos valorando en su justa medida a Gustavo Ayón, pero un día más fue el mejor en la escuadra blanca, seguramente porque el brillo de la espectacularidad no forme parte de su día a día, pero alguien que en poco más de 18 minutos de juego, mete 6/6 y coge 6 rebotes, más 5 asistencias para un 24 de valoración, nos muestra que el mexicano está tan integrado en el juego del colectivo y conforme con su rol de menos minutos para máxima efectividad, que puede ser que nos olvidemos un poco de él con tanto joven esloveno o mallorquín anotador, así que, como eso no puede ser, justo es que le reconozcamos su inmensa labor en partidos como el de hoy.

Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos llega nuevamente al Palacio a enfrentarse en todo un clásico con la primera visita a Madrid del FC. Barcelona de Bartzokas, algo que promete emociones fuertes. Mientras llegue ese momento, pásenlo lo mejor que puedan y, sobre todo, no dejen de sonreír.