Entre la sonrisa y el llanto

Un articulo de: @acharki86

Se fue el «zampabollos» como llegaron a llamarle algunos, ese «gordo» que cuando fichó por el Madrid venía con una vela de ilusión encendida que pronto se apagó y al que no dejarón trabajar. Reconozco que me equivoque cuando pensaba que quizá Benítez serviese para este equipo, desde luego experiencia no le faltaba, pero lo que está claro es que el Madrid le vino grande por unas cosas o por otras y acabo renunciando a su propio estilo de juego dejando en el banquillo en el partido más importante de la temporada a jugadores que venian haciendolo bien para poner a «los jugones» (jugon es aquel jugador inútil que hace una croqueta en el centro del campo y miles de mojabragas corean su nombre) y así un partido tras otro hasta hacerle la cama, presidente incluido, sí, ese mismo que afirmó estar con el entrenador a muerte y a los dos días lo mandó a esparragar, como aquel personaje que sale a la disco a ligar a la más guapa, la susurra al oido, se la lleva a la cama, pero al día siguiente se marcha a octavillas… y si te he visto no me acuerdo.

Se fue Rafa y vino Zidane entre la sonrisa de cumplir su sueño y el llanto de meterse en una jaula de grillos. Zinedine, un madridista de diez, una leyenda para el club, tambien una leyenda del futbol mundial… y vuelta a empezar. Todo es ilusión, alegría y entusiasmo, hasta que te llevas la hostia. Primero porque Zidane viene a salvarle el cuello a Florentino, aquella tarde cuando empezó a escuchar «Florentino dimisión» se le encendio el pilotito rojo, le entro el panico y penso en Zizou… en segundo lugar Zidane tiene poca experiencia apenas lleva dos años con el Castilla, ¡Ojo! que no le culpó de nada, si a mi me llegase la oportunidad no me lo pensaría dos veces para entrenar al Real Madrid, aunque sea un marronazo por la situación del equipo.

Lleva 8 partidos y el balance es una liga pérdida, si pérdida, estamos a 9 puntos del Barça, y quien piensa que esta panda de buitres inútiles va a ganar en Barcelona le faltan un par de neuronas, este año (ojalá me equivoque y me trague mis palabras), puede que nos metan un saco en el Camp Nou. No he visto demasiados índices de mejora, no los hay, ni los habrá, porque no veo esfuerzo para mejorar. Zidane lo intenta pero a los jugadores les da igual, como dijo James Allen: «En todos los asuntos humanos hay esfuerzos y hay resultados, y la fortaleza del esfuerzo es la medida del resultado» podéis repasar los 8 partidos jugados de momento, y hacer un balance del esfuerzo realizado por los ídolos del madridismo para saber la medida del resultado y el éxito.

Queda más que evidente que maquillar el banquillo del equipo con Zidane no era la solución, ya que seguimos igual de mal, el equipo sigue mostrando un déficit brutal en su compromiso con la causa, como dijo Jean Paul Sartre: «El compromiso es un acto, no una palabra» una frase que queda como guante al puño en el caso de nuestro equipo. Todos hablan de compromiso… pero no presiona ni el jardinero, todos hablan de compromiso… pero ahí no corren ya ni los nuevos, empezando por los de arriba que nunca ayudan en defensa, pasando por Kroos que se arrastra cual vieja en el camino de Santiago, los laterales son un caos especialmente Marcelo que vive arriba y sube más que su pelo en un día de tormenta, y la zaga de centrales ¡Madre mía! con Ramos de capitán si, el mejor del mundo «cantando» porque no para. Ademas de los egos y el egoísmo que padecen los pesos pesados de la plantilla.

Ramos, Pepe, y Marcelo llevan 10 años en el equipo, Benzema y Cristiano 7 años y el balance en el torneo de la regularidad es 1 liga de 7 y con esta regalada pasamos a 1 de 8, pero oiga no pasa nada. ¡Los jugadores están felices con Zidane! ¡Seguimos arrasando en Forbes y en el ranking Fifa!, váyase usted a saber el inútil que realiza semejante elección y que métodos usa para hacerlo porque si fuera por mi no estaríamos ni en el 70, ¿Por qué? Porque empatamos con Málaga y Betis, tiramos la Liga en febrero y hicimos el ridículo en Copa. Jugamos sin actitud, ni alma, ni compromiso, ni sangre, ni honor, ni señorío, y así puedo seguir sacando adjetivos, todos esos que habíamos recuperado con un portugués que instauró de nuevo los valores perdidos en el mundo del marketing y las tonterías varias donde fija últimamente la vista Florentino Perez. Desconozco el proyecto que tenía Mou a largo plazo, pero lo que consiguió fue devolvernos la ilusión y la fe en nuestro equipo, poner al equipo en la élite a nivel competitivo, a nivel de ambición, ganas, coraje, garra, señorío y paró los pies a la prensa, que ahora mismo campa a sus anchas, atacandonos día si y día también.

Y lo que más me jode es el sentimiento de frustración, la pena que te invade cuando ves a tu equipo del alma con esta actitud, hasta tal punto que empieza a darte igual si ganan o pierden, porque la primera sabes que es ocasional, y la segunda ya empezamos a tenerla en los genes.

Ganemos o no la Champions, (cosa que veo imposible con estos impresentables) este equipo no tiene solución a medio plazo, porque fiches a quien fiches seguirá ahí Ramos, Marcelo, Pepe, etc… Momentos duros, muy duros para el madridismo, pero cuanto mayor es una dificultad, mayor gloria es superarla. Los pilotos hábiles ganan su reputación a partir de las tormentas y tempestades.

Aquí seguiremos dando guerra, criticando lo malo y alabando lo bueno. El Madrid es una historia que debe seguir creciendo y como dijo un mito del deporte como Michael Jordan: «Los obstáculos no tienen que detenerte. Si te encuentras con una pared, no te des la vuelta y abandones. Encuentra la manera de subir por ella, pasar por ella, o evitarla».

¡Hala Madrid ayer, hoy y siempre!