CRÓNICA | Un oasis: RCD Espanyol 0 – 1 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Para no perder las costumbres, la alineación de Zinedine Zidane frente al Español hizo cabrearse a parte del personal: en el enésimo quiebro a la afición, el francés decidía plantear un 4-4-2 contra el colista, con Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; el centro del campo formado por Casemiro, Kroos, Valverde e Isco; y, arriba, la pareja formada por Benzema y Hazard. La plebe pedía a Vinicius, que venía siendo el recurso al que se venía agarrando el equipo en los últimos partidos, y manifestaban su desprecio por la alineación, especialmente, de Isco. Lo de siempre.

La primera parte tuvo algún acercamiento de los dos equipos, pero la verdad es que la primera media hora fue un poco bastante infumable. El Madrid jugaba a un ritmo entre cansino y pesado, y el Español apenas trataba de sacar jugo de alguna jugada a balón parado, mientras aprovechaba cada balón dividido para dejar un golpe, un pisotón, o un codazo a los jugadores que hoy vestían de verde. Los primeros cinco minutos fueron del Español, con un par de llegadas peligrosas, pero… Casemiro intentó marcar desde su campo en el minuto 7, Casemiro casi le vuela la cabeza a Ramos en el minuto 9 en un centro chut, Casemiro remataba un córner por encima del larguero en el minuto 12, y Casemiro casi planta a Isco uno contra uno ante Diego López en el minuto 23. Mientras tanto, el brasileño fallaba pases en la salida de balón que generaban infartos y anginas de pecho en los madridistas. Tras esa media hora en que el equipo madridista estuvo usando las tijeras de podar para aporrear la portería rival, y en que Hazard se llevaba regalos en los tobillos continuamente, quizá por retener demasiado el balón, se hizo la pausa para hidratarse.

Imagen: realmadrid.com

De ahí pareció volver el Madrid con otra actitud. Algo mejor colocado, con más mordiente, y con la disposición necesaria para intentar volcar el marcador hacia su lado. En el minuto 35, la típica entrada al área de Benzema desde el lado izquierdo finalizaba con un chut del francés que el portero gallego desvió con dificultad a córner. Hazard conducía una contra en el minuto 40, pero eligió mal y centró con un defensa cerrándole, y aun así el Madrid seguía apretando. En el minuto 43, un ataque confuso y lleno de rechaces vio cómo Diego López mandaba al suelo a Benzema, que abortaba un remate de Casemiro. El rechace le llegaba a Hazard y el portero españolista desviaba a córner el remate del belga. Y Mateu Lahoz consideraba que la lluvia en Sevilla es una pura maravilla. Que le dio igual la jugada, vaya, y ni se planteó que pudiera ser penalti del gallego al francés. El partido mejoraba en términos de remontar algunas dunas que le plantaba delante el cuadro blanquiazul, pero seguía siendo un auténtico desierto, con el Madrid algo encallado ahí. Y, entonces, llegó el minuto 45.

Tras un ataque del Madrid, el balón llegaba al lado izquierdo del centro del campo del equipo verde. Marcelo mandaba un centro kilométrico al borde del área, donde Ramos se había quedado rezagado, y el de Camas saltaba y llegaba a tocar la pelota de cabeza. Ahí apareció Karim Benzema. En un movimiento impropio de un 9, se lanzó en un sprint alocado hacia fuera del área pequeña, llevándose el balón con el pecho. Y mientras aguantaba un empellón del defensa, el procesador de su mente francoargelina comenzaba a operar de forma acelerada, su CPU iba trazando planos y posibilidades, y disparó un torrente de órdenes en el lenguaje informático que sólo entiende él. Y, en milésimas de segundo, su cerebro transformó toda esa información en una obra de arte. De arte táctico, de arte técnico y de arte futbolístico. Su movimiento de salida generó un espacio, y sin dejar de mirar el balón, realizó un taconazo, cavó un túnel entre las piernas del defensor, y le puso un caramelo a Casemiro en la puerta del área pequeña, justo en ese espacio que él mismo había creado. Un Casemiro que, una vez más, entraba como un tren de alta velocidad directo a la portería, y que mandó el esférico, en pugna con otro defensa, al fondo de las redes de Diego López. El 0-1 era un auténtico oasis en el desierto que estaba siendo el partido.

Imagen: realmadrid.com

“Este tipo inventa cosas”, decía Zidane después del partido, y hoy se inventó unas palmeras, un pequeño lago y un vergel en mitad de 90 minutos áridos y más secos que el ojo de la Trini. La segunda parte fue casi peor que la primera. El Madrid demostró en el primer cuarto de hora que el juego, con Hazard e Isco, se hacía no lento, sino casi somnífero, exasperante. El exceso de conducción, el dedicar demasiado tiempo a pensar dónde mandar el balón, y la excesiva presencia de gente por dentro retardaban cualquier intento de llegar a portería. Solamente un remate algo forzado de Benzema, muy esquinado, llevó algunos apuros a Diego López, pero incluso los contraataques le salían lentos al equipo de verde. En el minuto 63, Zidane decidió cambiar de marcha, y metió a Rodrygo y Vinicius por las bandas, y retiró del campo a Hazard e Isco. Desde mi punto de vista, aparte de la lentitud de Isco, el malagueño estuvo comprometido y trabajó. Con el belga, la sensación fue algo diferente, como si estuviera algo desafinado con respecto a la música que trataba de producir el equipo, aparecía demasiado pronto o demasiado tarde, no interpretaba los pases al espacio, y además, como Isco, recibía una patada tras otra con el beneplácito del árbitro, al que le da lo suyo @cubelas13 en su crónica arbitral.

El tema es que el Madrid, buscando velocidad, perdió control del juego. Y el Español, que también había hecho cambios, comenzó a tener llegaditas y remates, de los que alguno supuso problemas para Courtois. El problema es que un partido abierto al que más castiga es al que tiene el marcador a favor, y el asunto es que tampoco Vinicius ni Rodrygo hicieron nada memorable. Esta parte final de travesía del desierto del partido intranquilizó a la afición madridista, aunque es cierto el equipo de verde bajó disciplinadamente a defender y cerró bien los espacios atrás, volviendo a conseguir dejar la portería de Courtois a cero. Llegó el final con 0-1, y el Real Madrid se alzaba con la victoria tras un partido sin lustre.

Parece que Zidane quiso complacer al biermeister @pepo2204, y no hacer sangre del equipo periquito, pero tampoco era cosa de hacerlo tan aburrido. Solamente nos alegró la vista la jugada del taconazo del viejo Karim, que fue prácticamente lo único bonito de una convención de jugadas feas. Así y todo, desde el reinicio de esta Liga, el Madrid ha ganado los cinco partidos jugados, cambiando de alienación, de sistema, de camiseta, y especialmente, sin cambiar una seriedad defensiva desacostumbrada en la última década. Buscaremos la sexta frente al Getafe el próximo jueves, y se lo contaremos a quien se atreva a leerlo aquí. Si quieren.

 

RESULTADO FINAL: R.C.D. ESPAÑOL, 0 – REAL MADRID, 1.

 

GOLES:

0-1: 45′ Carlos Henrique Casemiro (asistencia de Benzema)

 

REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Valverde, Isco (Vinicius, m. 64); Benzema y Hazard (Rodrygo, m. 64).

 

ÁRBITRO: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Vinicius (min. 87).