CRÓNICA | Retornos: Osasuna 1 – 4 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Tras la eliminación en la Copa del Rey, resultaba interesante ver cómo podría haber afectado al Real Madrid la derrota del pasado jueves. Zidane, en su estilo más hierático, no dio ninguna facilidad en la rueda de prensa previa al partido respecto a la convocatoria, y tanto ésta como su alineación fue recibida, como es habitual, con división de opiniones entre el personal. Recuperaba la línea defensiva que parece haberse consolidado como titular, con Carvajal, Varane, Ramos y Mendy, el belga Courtois bajo palos, un centro del campo de cuatro hombres con Casemiro, Valverde, Modric e Isco, y la punta de ataque se la daba a Bale y Benzema.

Empezó el partido con la línea defensiva del Madrid jugando adelantada, y el Osasuna tirando diagonales a su espalda para generar peligro. Dos o tres remates del conjunto navarro en este inicio, acompañados de una presión asfixiante sobre la salida del balón del equipo merengue, generaban una sensación de incomodidad destacable en los blancos, que trataban de jugar en largo sin mucho éxito. En el despeje de una de estas jugadas del inicio, se produjo el córner que llevó al primer gol. Unai García se escapó del marcaje de Casemiro, y remató con dificultades la pelota al palo contrario de la portería de Courtois, que se estiró sin éxito intentando detenerlo. El 1-0 era el colofón a un cuarto de hora en que el Madrid esquivaba cactus mientras el equipo rojillo compatilizaba el plantarlos en el centro del campo con tirar de honda y pedrusco, hasta que rompió el cristal. No obstante, como un niño temeroso de la bronca de sus padres, después de romperlo, el cuadro de Jagoba Arrasate se replegó levemente y decidió hacer la presión algo más intermitentemente. El equipo blanco se acabó de desperezar con el gol en contra, y el diplodocus paciente se puso en marcha. Bale salía desde el lado derecho hacia el área, Mendy comenzaba a adueñarse de la banda izquierda, y Modric se movía de un lado a otro para ir buscando rendijas por las que colarse.

Aunque tenía el balón y la iniciativa, el equipo madridista seguía clavándose aquí y allá  las púas de los cactus rojillos, y ganaba terreno poco a poco, pero sin llegar a generar verdaderas oportunidades de peligro. Hasta la media hora de partido, en que Osasuna bajó levemente el ritmo, y el equipo blanco se despertó del todo. Carvajal puso un balón en la cabeza de Bale, que el galés remató arriba. Un centro de Mendy desde la banda izquierda era tocado por un defensa y, el balón llegó dividido a las cercanías de Bale, que entraba al remate. El intento de disparo del galés fue frenado por Estupiñán en posible penalti, pero el caso es que el rebote le llegó a Isco, e Isco ni siquiera lo pensó. Vio venir el balón por el aire, sacó su tarro de miel, untó su pierna derecha, y enganchó una volea que fue a la red de Sergio Herrera, consiguiendo así equilibrar el marcador. Y certificando con ello su retorno desde el mundo de los zombis, porque durante el resto del partido volvió a recordar al que era antes de aquella operación de apendicitis.

Estaba claro que el Madrid ya había entrado definitivamente en combustión, y poco después, Carvajal intentó un centro chut que buscaba la escuadra, y que el portero osasunista tuvo que desviar con la punta de los dedos a córner. Modric lanzó este córner al segundo palo, donde se elevó majestuoso Casemiro, que devolvió el balón al primero con un cabezazo preciso. No diremos que era la vieja jugada ensayada que los equipos de Radomir Antic solían utilizar, pero el caso es que tanto el que escribe estas líneas, como su acompañante viendo la primera parte del partido, Pepe, vimos que estaban hasta cuatro jugadores del equipo blanco allí esperando a quién le caía la pelota tocada por el jardinero brasileño. Y fue Sergio Ramos el mejor colocado para el remate, y el que envió el balón a las mallas osasunistas con un testarazo inapelable. El 1-2 tuvo un efecto tranquilizante en el Madrid, que manejó con oficio el juego hasta que Gil Manzano decretó el descanso.

Un más que probable penalti a Modric, que no se pitó al poco de iniciarse la segunda parte, fue uno de los síntomas de que el Madrid iba a intentar salir a matar el partido. Sin embargo, un par de ocasiones de Osasuna en esos primeros minutos generaron cierta inquietud entre las huestes blancas. Ante la vuelta de la presión adelantada rojilla, el Madrid optó por hacer el campo ancho, jugar la pelota desde atrás y tratar de llegar al área rival a base de conexiones y toque, en vez de volver a lanzar balones en largo. Poco a poco, fue descascarillando la presión jugando desde Isco hacia Benzema, que cayó a un lado o a otro, ayudando a facilitar la salida desde atrás, y conduciendo el ataque aquí y allá, especialmente en la zona izquierda del ataque madridista, mientras el malagueño iniciaba las operaciones en la frontal del área blanca. El partido se iba anestesiando, y en el minuto 70, Isco hizo sonar el despertador con un trallazo desde la frontal, que Sergio despejó con dificultad y que Varane remató mal, estando en fuera de juego. El caso es que, a partir de ahí, fueron pasando cosas. Lucas Vázquez entró por Bale, que hizo un partido gris, pero eficaz ayudando a Carvajal en el trabajo defensivo, aunque poco afortunado arriba. Osasuna empezó a  apretar de nuevo, ganando ventaja territorial, y con el Madrid algo metido atrás.

Tan atrás, que una pierna providencial de Varane evitó el empate osasunista y esto provocó, a falta de un cuarto de hora para el final, que ocurriera lo peor que podía pasarle al equipo rojillo: Modric retornó al podio del Balón de Oro, y Valverde extendió sus alas y volvió a surcar el viento. El Madrid comenzó a dominar su propia salida y empezó a fabricar contraataques peligrosos. Zidane decidió dar entrada a Vinicius Júnior por Isco, y el equipo blanco se metamorfoseó repentinamente en un conjunto largo, profundo y afilado. En el minuto 84, con el equipo pamplonica completamente abierto, Benzema recuperó un balón y decidió tocar con su violín una melodía que embelesó a los dos defensas osasunistas que le cerraban el paso al punto de penalti. Esperó a la llegada por la derecha de Lucas Vázquez y le puso el balón al sitio donde sólo tenía que apuntar con su tirachinas y disparar. Y el gallego soltó la pedrada, y la pelota salió con tanta fuerza que dobló la mano de Sergio y se fue al fondo de la red. El niño del tirachinas, el del cambio de Zidane en el minuto 70, también había retornado.

Y ya en el descuento, como colofón, Modric, con su uniforme de príncipe croata y su Balón de Oro bajo el brazo, le dio un balón adelantado al pajarito Valverde que, calzando sus botas de siete leguas, enfiló el área rival y, sin pensarlo, mandó el balón al otro lado del área. Allí Luka Jovic, que estaba esperando este momento desde agosto, se quitó el disfraz de hombre invisible y se calzó por fin la cazadora de cuero, cogió la escopeta de cañón recortado y se puso las gafas de Terminator, enganchando una volea impresionante con su pierna izquierda y clavándola de manera inapelable en la portería osasunista. Con el 1-4 en el marcador, y a falta de segundos para el final del descuento, el Osasuna todavía tuvo tiempo de mandar un remate al larguero de Courtois, con el que acabó el partido.

Un partido que confirmó que el Real Madrid ha regresado a su modo normal de la Liga, especialmente como visitante. Un retorno que ayuda a mitigar la decepción del partido contra la Real Sociedad, y que garantiza mantener el liderato una semana más. Y que anima a pensar que los viejos resortes y mecanismos que hicieron grande a aquel Madrid dominador de Europa van volviendo poco a poco a su ser. Aún quedan retornos pendientes, como los de Marcelo, James o Bale. Y el de Eden Hazard al campo de juego, que esperamos que se produzca frente al Celta la próxima semana. Si ocurre, lo contaremos.

 

RESULTADO FINAL: Osasuna, 1 – Real Madrid, 4.

 

GOLES:

1-0: 14’ Unai García.

1-1: 33’ Francisco Alarcón Isco.

1-2: 38’ Sergio Ramos (asistencia: Casemiro).

1-3: 84’ Lucas Vázquez (asistencia: Benzema).

1-4: 92’ Luka Jovic (asistencia: Valverde).

 

REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Mendy; Casemiro, Valverde, Modric, Isco (Vinicius Jr, min, 82); Bale (Lucas Vázquez, min.71) y Benzema (Jovic, min. 88).

 

ÁRBITRO: Gil Manzano (comité extremeño). Mostró tarjetas a Carvajal (min. 73) y Ramos (min. 79).


Imagenes: realmadrid.com