CRÓNICA | Otra derrota cosechada en el patatal del Miramar: Marino de Luanco 1 – 0 Real Madrid Castilla

Una crónica de: @Datemus

El pésimo estado del terreno de juego del Estadio Municipal de Miramar hacía prever un partido de juego directo, sin combinaciones de balón y con la imperiosa necesidad de estar muy firmes atrás ya que los goles, de conseguirse, vendrían de jugadas muy aisladas o en acciones a balón parado. Recordando la incapacidad absoluta del Castilla para ser expeditivos, el encuentro comenzaba con muy malos presagios para los aficionados madridistas.

Raúl debió de pensar lo mismo y decidió reforzar la medular alineando a Blanco y Martín Calderón conjuntamente. Atrás, como pareja de centrales, fueron de la partida Dela, que regresaba tras su pifia del domingo pasado, y Gila, que salía en lugar del lesionado Víctor Chust. Fran volvió a ser el indiscutible lateral izquierdo, pero como el lateral derecho Raúl, de forma inexplicable, dio entrada a Guillem por un Sergio López que no lo estaba haciendo nada mal. En la medular, por la bandas (y es un decir) jugaron Marvin en la derecha y Jordi en la izquierda, quedando la media punta para Fidalgo y el puesto de ariete para Pedro.  Este fue el once frente a las importantes bajas de Feuillassier, Rodrigo (rotura de menisco), Chust, Bravo y Javi Hernández.

El sorteo de campos deparó que los locales jugaran la segunda mitad en el que estaba en menos malas condiciones. Tras el pitido inicial, el juego no se desvió ni un ápice de lo previsto, más en cuanto jugadores y espectadores comprobaron el mal estado de un campo ya de por sí difícil por sus reducidas dimensiones.

Ambos entrenadores plantearon el partido ordenando a las defensas que trataran la pelota como una bala de cañón. Así, los zagueros se convirtieron en artilleros que practicaban el tiro parabólico, teniendo como  blancos los 197 cm de altura de Pedro y los 193 cm de Saha. Se prohibió a los centrocampistas jugar la pelota y su papel quedó reducido a labores de intendencia, buscando unos la segunda jugada que tenían que evitar sus colegas del otro bando y teniendo, todos ellos, que combatir la dislocación de vértebras en la interminable sucesión de balones que les pasaban por encima de sus cabezas.

Si algo le habían pedido los técnicos a los suyos era no perder balones combinando en zonas peligrosas del campo y considerar siempre al despeje como el mejor de los amigos. Así, el partido se convirtió desde el primer instante en un tostón que no había por dónde cogerlo. Es fácil decirlo aquí, en pantuflas, sin que se me hundan las botas en el barro, se me tuerzan los tobillos ni me revienten los muslos por el esfuerzo. Está claro que la tortura padecida por los espectadores era todavía peor para los deportistas, en especial, por el riesgo de lesión. Los locales están más habituados a desenvolverse en estas circunstancias y al Castilla se le veía especialmente incómodo.

En el 7’, EN uno de esos pelotazos astures buscando a Saha, con la defensa del Castilla colocada en la medular, Gila intenta ganarle la acción por anticipación al senegalés de forma imprudente y temeraria. El defensa blanco perdió la innecesaria pugna y dejó al ariete local en uno contra uno frente a Belman que se encontraba, como de costumbre, a la sombra del larguero. El estado del campo ayudó mucho a los nuestros ya que por fortuna, Saha fue incapaz de conducir diligentemente el balón y dio tiempo a Belman a salir y a tapar, con mérito, el tímido disparo a puerta que le efectuó el ariete gigantón, paliando su falta de colocación inicial.

La primera reacción del Castilla llegó en el 11’, en que Fidalgo, entre líneas, recibió el balón y abrió con precisión milimétrica hacia la incorporación de Fran, en uno de los mejores automatismos del filial en esta temporada. Lástima que el centro de Fran no encontrara a nadie. En el 29’, en otra repetición de este automatismo, un centro muy preciso de Fran es despejado a propia puerta por el central astur Trabanco justo antes de que Pedro la enganche en boca de gol. Javi Porrón, el meta local, llega a blocar la pelota con cierta dificultad  evitando que su compañero le marque el primer gol del partido.

En el 33’ llegó el único tanto del encuentro en una jugada llena de desgracia para los visitantes, aunque no sin mérito de Álex Arias, el mejor jugador del partido. Primero, desde la banda, sirve un formidable pase al área superando sin despeinarse el timorato dos contra uno de Guillem y Dela. Su remate es pifiado en semifallo por Morán, con la suerte de que la pelota rebota en Daha y cuando va a llegar a Lora en el área pequeña, en muy buena situación para marcar, es derribado por Dela probablemente de forma involuntaria. El árbitro vio el cielo abierto y pitó sin pensárselo un penalti que no vamos a discutir, pero que quién sabe si se habría señalado en el otro área. La pena máxima la transformó Álex Arias con muchísima solvencia y engañando completamente a Belman.

El terreno de juego iba empeorando con el pase de los minutos y el Castilla se vio completamente impotente para reaccionar. Una mano clara en el 40’, en el semicírculo del área, acarreó un libre directo lanzado por Martín, que estuvo horrible hoy en todos los saques a balón parado. Buscó el palo del portero pero el arquero local no se movió y blocó con facilidad.

Ya al borde del descanso, Fidalgo puso un buen balón a Marvin en el centro del área, que había abandonado la banda desde el primer minuto para buscar las segundas jugadas de Pedro. El madrileño la dejó con el pecho a la frontal donde apareció Martín para disparar, pero se resbaló justo antes del golpeo, dando tiempo a un defensa a echarse encima del jerezano y a desviar la pelota a córner.

Si malo fue el primer tiempo, espantosa fue la segunda mitad. La desesperación y el empeoramiento del campo hacían mella permanente en la moral de unos visitantes que parecían implorar una reacción de su técnico desde el banquillo, pero esta llegó tarde y de forma muy desafortunada.

En el 55’, llegaron dos oportunidades del Marino, con disparos que atajó con solvencia Belman. Un minuto antes, Marvin había desperdiciado una buena acción de Jordi por la izquierda, tras irse de su par con un amago y ser capaz de centrar bien tras varios botes caprichosos de la pelota.

A la hora de juego, Raúl dio entrada a Pablo por Fidalgo. Fidalgo estaba desaparecido en el segundo tiempo, como todo el equipo, pero la mayor parte de las acciones de peligro habían pasado por sus botas. Pasaba el Castilla a jugar con dos delanteros con la esperanza de tener mayores oportunidades de remate en los balones ganados por Pedro.

En el 70’, Marvin penetra por el centro con decisión. Su acción es cortada con dificultad por los zagueros locales, llegando la pelota a Martín tras una serie de rechaces. Su disparo desde la frontal sale centrado pero con mucho efecto, poniendo a prueba a Javi Porrón, que logró desviar la pelota con mucha dificultad. Una pena que a su rechace estuvieran más atentos sus compañeros que nuestros delanteros.

Un minuto después, en un inexplicable cambio, Raúl retiró a Martín para dar entrada a Baeza. Martín estaba mucho mejor acoplado al estado del campo que sus compañeros de más clase en la medular. Se necesitaba el músculo y pulmón de algún compañero del perfil de Ayoub antes que de la exquisita zurda del cordobés, que apenas pudo tenerse en pie por la banda derecha.

Unos minutos después, Marvin, extenuado, no pudo seguir por problemas musculares y Raúl, empeñado en desperdiciar opciones y sin más delanteros en el banquillo, dio entrada a Gelabert. Desconocemos el estado de Latasa, pero sin duda que hoy habría sido un recurso mucho más apto a las circunstancias del partido. Tampoco parece lógico haber retirado a Fidalgo primero y luego dar entrada a dos de los jugadores de perfil similar al del asturiano.

Los cambios salieron de pena y empeoraron la calidad de las ya de por sí escasísimas jugadas del Castilla. Hasta el final del partido, lo único reseñable fue el recital de cómo abordar un partido sobre un campo minado y con marcador favorable que dieron Lora, Morán y, en especial, Álex Arias, colocados con mucha cabeza en las únicas zonas potables del césped y jugando la pelota con mucho criterio y habilidad, descubriendo las limitaciones de jugadores como Guillem, incapaces de ganar la acción al poseedor del balón aun teniendo un terreno tan a su favor para ello. Sólo en el 88’ una jugada por la izquierda termina con un centro sobre Pablo que controla muy bien completamente solo, pero dispara fatal. La jugada estaba anulada, no obstante, por un fuera de juego totalmente inexistente del delantero blanco.

Nueva derrota del Castilla y el descenso, más cerca. Puede ser recomendable tener paciencia dado que el estado del campo ha convertido en el partido de hoy en excepcional y el empate a cero habría sido el resultado más justo. No obstante, se espera de esta plantilla y de su cuerpo técnico una reacción inmediata, que sitúe pronto en posiciones más dignas al segundo equipo de fútbol del Real Madrid y , sobre todo, que lo alejen de todo riesgo de perder la categoría, lo que sería catastrófico para la cantera del fútbol de nuestro club. Tampoco es que los puestos de mitad de tabla y hasta de promoción queden muy lejos, tal y como está de igualada la clasificación de este grupo.

 

FICHA TÉCNICA

 

Goles:

1-0: Álex Arias, de penalti (min. 35).

 

1-Marino de Luanco: Javi Porrón, Morilla (Prado, 83′), Trabanco, David González, Álex Arias, César Suárez, Morán, Iván (Borja, 59′), Saha (Boedo, 67′), Guaya y Lora.

0-Real Madrid Castilla: Belman, Fran García, De la Fuente, Martín (Baeza, 72′), Fidalgo (Pablo, 64′), Guillem, Blanco, Gila, Marvin (César, 77′), Pedro y Jordi.