CRÓNICA | Huevos pasados por agua: Deportivo Alavés 1 – 2 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Tras el buen partido del martes frente al PSG, estando ya clasificado para los octavos de final de UEFA Champions League como segundo de grupo, el Real Madrid volvía a la Liga española el sábado a la hora del vermú, como decía @pepo2204 en la previa del partido. Para que a alguno se le atragantaran los panchitos, Zidane puso un once inicial sorprendente. Al menos, sorprendente para lo que venía haciendo con las alineaciones en Liga en los últimos partidos. Areola estaba encargado de defender los tres palos, y por delante de él, Militao acompañaba a Carvajal, Ramos y Marcelo en línea defensiva. Regresaba el centro del campo con 4 hombres, formado por Isco sumado a los clásicos Casemiro, Kroos y Modric, y arriba aparecía como dupla de ataque la formada por Karim Benzema y Gareth Bale.

La primera parte se inició con control por parte del Madrid, en gran medida gracias a los cuatro centrocampistas. Isco empezó el partido inspirado, mostrando energía y decisión, y el juego ofensivo del equipo blanco pivotaba en torno a él. Aun así, el juego se basaba en combinaciones en corto y cambios de juego que rondaban el área vitoriana, pero sin conseguir apenas romper la triple línea defensiva que el Alavés ubicaba por delante de su área. En el minuto 7, una jugada de peligro del cuadro vasco plantó a Aleix Vidal en la frontal. Se deshizo de Ramos con un regate y, al avanzar dentro del área, se cruzó Eder Militao, cayendo el jugador blanquiazul al suelo. El árbitro lo consideró simulación y amonestó a Vidal, ante las protestas del público de Mendizorroza, pero el VAR respaldó la decisión del colegiado.

Unos minutos después, un centro de Isco al área fue levemente tocado por Bale y un defensa del cuadro alavesista, sin tiempo para pensar, tocó el balón hacia su propia portería, con la fortuna de que fue al poste y salió rebotado. En el minuto 18, un balón en largo le llegó a Carvajal tras un desmarque de ruptura al área, y su dejada para Isco fue enviada por el malagueño a las nubes. En el 27, un centro de Marcelo llegó a Bale, que remató con su pierna mala y muy flojo a las manos de Pacheco. El Madrid, a medida que pasaban los minutos, se iba adueñando del terreno, e iba avanzando posiciones con precaución ante las posibles salidas al contraataque del Alavés.

A la media hora de partido, un balón casi imposible para Benzema fue convertido, al primer toque, en un pase hacia atrás a la frontal del área, donde Isco volvió a rematar, esta vez raso, seco y duro, pero Pacheco, bien colocado, volvió a detener. El Madrid, en ese último cuarto de hora del primer tiempo, adelantó líneas ya sin rubor, y trató de diferentes maneras de reventar la caja fuerte montada por Garitano para resistir el asalto. Pedruscos, bombas y metralla saltaban en el área alavesista, pero no acababan de darse remates claros. Solamente un misil tierra-aire de Casemiro, que pilló a la defensa algo descolocada, puso en apuros a Pacheco, que tuvo que hacer una buena intervención para salvar el gol.

Se llegó al descanso con 0-0, varios jugadores del Real Madrid con moratones, heridas o arañazos, y la sensación de que iba a hacer falta algo más de ingenio para abrir la defensa rival, que defendía con uñas, dientes, y patadas el botín. A la vuelta del descanso, recibió a los dos equipos el diluvio universal, que se mantuvo durante el segundo tiempo completo, calando a todos, haciendo que el balón corriera más deprisa, dificultando la claridad de las jugadas, e incluso estropeando las ayudas tecnológicas del árbitro.

Unos primeros minutos dedicados a adaptarse a las condiciones, con los jugadores a punto de pedir el uniforme de neopreno de sus clubes, dio paso a una jugada aparentemente sin peligro que finalizó en una falta lejana de la portería, a favor del Real Madrid. Las gotas de lluvia empapaban el rostro impertérrito de Toni Kroos, mientras su cerebro calculaba a toda velocidad posibles combinaciones de la caja fuerte de Garitano. Metió los datos, pegó al balón, y en las coordenadas que había calculado como punto de aterrizaje apareció uno que no es muy bueno con las cuentas, Sergio Ramos, pero sí para llegar a los sitios en el momento proverbial, que tocó lo suficiente el esférico para que entrara en la portería de Pacheco, cerca del poste.

El 0-1 tuvo un efecto contraproducente para el Madrid, como los que aparecen en los prospectos de las medicinas. De pronto, el Alavés se convirtió en un dolor de tripa, en una cefalea, en una tos perruna. Durante casi un cuarto de hora, el conjunto blanquiazul le dio gripe al de Zidane. Y al final le hizo estornudar en una jugada de lo más tonto, que demostró que Sergio Ramos es peligroso en cualquier área, sea la rival, como en el gol, o en la propia, como en este caso. Joselu se llevaba un balón hacia fuera y Ramos se interpuso en su camino para quitárselo. Y cuando decimos “se interpuso”, queremos decir que interpuso su codo entre la mandíbula de Joselu y el resto de la atmósfera. El árbitro pitó penalti, el público se alegró, Ramos vio la amarilla, el VAR certificó el acierto arbitral, Lucas Pérez tiró el penalti, engañó a Areola, y empató el partido, 1-1. Una hora de escrupuloso control y de trabajo, tirada a la basura por un error infantil.

El 1-1 reactivó al Madrid, fue como un chute de paracetamol para el cuadro blanco y le volvió a llevar a invadir el campo contrario. Zidane decidió mover el banquillo e introdujo por Bale a Rodrygo Goes que, un par de minutos después, combinó con Carvajal y Modric en la zona derecha del ataque merengue. El príncipe croata colgó el balón y, en el área, el Isco más voluntarioso y esforzado de los últimos tiempos, saltó para rematar de cabeza, la pelota fue al muslo de Pacheco, de ahí al poste, y quedó suelta en el área pequeña. Por allí pululaba Carvajal que, adelantándose a un central alavesista y rematando con la espinilla, llevó el 1-2 al marcador, recuperando la ventaja perdida. Quedaban 20 minutos y, esta vez, el Madrid aprovechó el efecto del paracetamol para mantener cierto control del juego, y tratar de llegar de nuevo para sentenciar.

Además, el mal funcionamiento de uno de los aparatos de comunicación del árbitro Cuadra Fernández mantuvo el partido parado cuatro minutos, en que a los jugadores sólo les faltaba pedir un bote de gel para ir adelantando la ducha, con el aguacero que seguía cayendo. Zidane decidió que Valverde entrara por Modric en el minuto 80, y el uruguayo se dedicó a tapar vías de agua, puesto que el Alavés volvió a intentar asaltar la portería de Areola hasta el final. Cerca del final del tiempo reglamentario, los blanquiazules dispusieron de hasta cinco saques de esquina consecutivos, pero el Real Madrid supo sufrir y defender a base de testosterona la ventaja, a pesar de dos ocasiones muy claras del equipo alavesista. Zidane sacó a Ferland Mendy en el minuto 90 sustituyendo a Isco, y al final del interminable descuento, de 8 minutos, Valverde estuvo a punto de cerrar el partido después de robar un balón en la salida rival, pero ni buscó a Benzema, que esperaba solo, ni remató con precisión, enviando el balón fuera.

Con esta victoria, en un campo difícil, y con muchas condiciones en contra (dureza del rival, lluvia, viento y frío), el Real Madrid supo ponerle el arrojo suficiente para sacar tres puntos que le mantienen en lo alto de la tabla clasificatoria, y le dan la alegría de haber recuperado para la causa de nuevo a un jugador como Isco, que fue de lo más destacado del equipo. El próximo sábado, en el Estadio Santiago Bernabéu, y tras una semana de descanso, se enfrentará al Español para tratar de mantenerse en el liderato. Ahí estaremos.

 

RESULTADO FINAL: DEPORTIVO ALAVÉS, 1 – REAL MADRID, 2 

 

GOLES:

0-1: 52′ Sergio Ramos (asistencia: Kroos).

1-1: 65′ Lucas Pérez (penalti).

1-2: 69′ Dani Carvajal.

 

REAL MADRID: Areola; Carvajal, Militao, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric (Valverde, min. 80), Isco (Mendy, min. 90); Benzema y Bale (Rodrygo, min. 67).

 

ÁRBITRO: Cuadra Fernández (Comité Balear). Mostró tarjeta amarilla a Modric (minuto 32), Sergio Ramos (minuto 63) y Militao (minuto 80).


Imagenes: realmadrid.com