CRÓNICA | La gota malaya y el relámpago: Real Madrid 2 – 0 Osasuna

Una crónica de: @MiedoEscenico2

El partido de esta noche ante Osasuna había sido calificado como partido trampa por algunos aficionados. Un partido contra un recién ascendido entre los de PSG, Sevilla, Atlético y Brujas invitaba a pensar en una cierta bajada de tensión. Desde otras posiciones planteábamos la necesidad de rotar al equipo para dar descanso a jugadores que habían tenido que jugar prácticamente todo, y Zidane pareció también de esta opinión.

El Madrid empezó el partido con el debutante Areola en la portería, Odriozola y Nacho en los laterales, Militao como central derecho y Ramos de central izquierdo, y arriba jugaron Lucas Vázquez, Jovic y Vinicius Jr. Solamente el centro del campo mantenía a Casemiro y Kroos en los puestos titulares, acompañados hoy por Fede Valverde.

El inicio del partido no fue precisamente bueno. Unos minutos de presión asfixiante de Osasuna dieron paso a un partido lento, gris, donde ni el Real Madrid movía la pelota con soltura, ni Osasuna generaba juego como para crear peligro. Los bostezos se apropiaban del Bernabéu, acompañando una fase del encuentro en que los blancos movían el balón mucho en horizontal y poco en vertical, especialmente debido a lo estático de los jugadores de arriba.

En el minuto 19, una jugada, que parecía sacada de una película de dibujos animados, empezó a despertar al equipo madridista. Álvaro Odriozola, tan intrascendente como en partidos anteriores, recibía un balón en el centro del campo y, ante la presión de un jugador rojillo, huía hacia campo contrario por la banda. Cuando empezaba a frenarse, salía otro coyote osasunista y el correcaminos madridista volvía a acelerar… a la tercera de éstas, el correcaminos Odriozola se encontró, en su alocada huida hacia adelante, llegando a la línea de fondo y con ventaja, así que puso un centro raso y envenenado, en ese punto entre el portero y la defensa que genera más problemas que certezas. De hecho, el defensa Raúl Navas despejó contra su propia portería, el portero Rubén despejó el despeje suicida, y el despeje del despeje fue a parar cerca de Jovic, que ya se estaba inclinando y remató en plena caída rozando el larguero.

No había pasado ni un minuto, y Toni Kroos largaba un trallazo que salía desviado por poco, cerca de la escuadra del portero osasunista. A partir de ahí, tanto Lucas centrando al área como Vinicius caracoleando desde el lado izquierdo, fueron generando situaciones de peligro para los madridistas, aunque no acababan de cuajar, especialmente por la tupida defensa que el cuadro osasunista ubicaba frente a la portería. Es de destacar lo del joven extremo brasileño que, tras un inicio dubitativo de partido, comenzó a percutir, con más entusiasmo que acierto, por ese flanco y a veces por el otro. Y que, tras un par de lances desafortunados, recibió una tímida pitada por parte de algunos aficionados. Sin cejar en su empeño, Vinicius Jr siguió pidiendo el balón y tratando de encarar, pareciendo una gota malaya que no iba a parar hasta taladrar el cerebro de la defensa navarra.

Y lo hizo. Y de qué manera. En el minuto 36, una presión muy bien ejecutada en la salida del balón por la banda izquierda osasunista facilitaba que Kroos robara el balón. El alemán le dio a Vinicius el balón con el pie y el mando de la Play con la mano. Y el brasileño cogió el mando, controló el balón levemente, se lo orientó hacia su pierna derecha, tecleó [cuadrado+R2+triángulo] y mandó el balón al fondo de la portería, cerca de la escuadra, haciendo subir el 1-0 al marcador. Si la pelota tocó o no en un defensa no deja de ser una cuestión secundaria; al fin y al cabo, el sitio en el que la iba a poner Vinicius no iba a ser muy diferente.

Este gol no sólo le permitió sacar el mal rollete de dentro: además, le liberó y le hizo volver a ser ese jugador eléctrico y difícil de parar, que driblaba a toda velocidad y generaba desequilibrio. La gota malaya había devenido en lluvia, además. Alguien pensará que hablamos mucho de Vinicius ¿y los demás, qué? Pues la verdad es que el resto del equipo anduvo poco creativo en el juego, a excepción de Kroos, y bastante serio en defensa.

Odriozola sigue siendo un defensa liviano, pero lo compensaba Nacho en la otra banda, que parecía un boxeador, llegando tarde a muchos balones, pero sin hacer prisioneros tampoco. Militao parecía aseado en el corte, Ramos tranquilo, Casemiro iba con sus tijeras de podar aquí y allá, Valverde, aun participando poco, estaba por lo general en el sitio justo, Kroos con su escuadra y su cartabón, trazaba lanzamientos precisos de lado a lado, Lucas trajinaba como siempre, arriba y abajo… y Jovic… bueno, la verdad es que Jovic podría haber ido vestido con una gabardina amarilla con lunares verdes y ni así. Salvo el remate anteriormente citado, podría haber hecho la película “El hombre invisible” y llevarse un Oscar. Puede aducirse que no le llegan balones, pero lo cierto es que él tampoco parece tener muchas ganas de aparecer. Estaba en el área, rondaba por allí, pero apenas se notaba que estuviera. Al menos, hasta el descanso, poco antes del cual Areola hizo una salida bastante acertada. Aparte de una chulería anterior, cogiendo en una salida el balón con una sola mano, el portero francés pudo dedicar el partido a acabar la bufanda de ganchillo que le había prometido a su novia, jugando más el balón con el pie que con las manos.

La segunda parte, con el 1-0 en el marcador, empezaba otra vez con Osasuna intentando mandar, pero a los cinco minutos, el Madrid ya tomaba el mando del partido. Un contraataque conducido por Lucas finalizaba con un pase al otro lado para Jovic, que mandaba el balón a las nubes. Vinicius seguía intentándolo, llevando peligro continuamente. En el minuto 58, un robo de balón en el centro del campo propiciaba otra contra conducida por Lucas que, con suavidad, filtraba la pelota entre los dos centrales rojillos, dejando un remate franco para Jovic que, esta vez sí, mandaba el balón a la red. Ya sea porque Lucas dio el pase una décima de segundo tarde, o porque Jovic arrancó una décima de segundo pronto, el caso es que Mateu Lahoz, a instancias del VAR, anuló el gol, generando el runrún del público, que le recordó lo malo que era. Sin ánimo de molestarle, sólo para que no lo olvidara.

Siguió el Madrid llevando peligro, ahora con remates desde fuera del área, uno durísimo de Kroos, que despejó con apuros Rubén, y otro desviado de Fede Valverde. Zidane decidió introducir un cambio, y metió a Rodygo en el campo a debutar, en el lugar de Vinicius Jr. Apenas un minuto después, Casemiro, escorado a la derecha del medio campo madridista, lanzaba un morterazo de 50 metros hacia la posición del teórico extremo izquierdo, donde llegaba el chaval brasileño. El balón contactó con su bota, lució un relámpago, hizo un control increíble en carrera, encaró al defensa a toda velocidad, recortó hacia su derecha, y mandó el balón raso a la red de manera inapelable. El debut ideal, al minuto y medio de pisar por primera vez el césped del estadio del Real Madrid.

De ahí al final, el partido no dio para mucho más en términos de juego, aunque mostró que Militao, en la posición de central derecho, es un enorme complemento para Ramos. Era un auténtico espectáculo verle desplegar esa zancada descomunal a 10 metros por segundo, y rebañar, uno tras otro, balones a los delanteros rojillos, aparte de meter el cuerpo para asegurar la posesión, mostrando, además de colocación y velocidad, fuerza.

La conclusión final del partido no puede ser más que positiva para el conjunto de Chamartín, Tres puntos, ningún disparo ni gol en contra, descanso para jugadores que habían jugado todo hasta ahora, como Varane o Benzema, o para otros que tendrán que estar frescos para lo que viene, como Bale y Hazard, y una inyección de confianza y reconocimiento para jugadores poco habituales, que han demostrado hoy buen rendimiento, como Militao, Valverde (que se retiró con molestias), Vinicius o Rodrygo. Entre los aspectos negativos, que ni Casemiro ni Kroos rotaron, jugando los 90 minutos, y llegan sobrecargados al nuevo paso del Rubicón. El sábado, en el Wanda Metropolitano, otra prueba de fuego en la que defender el liderato conseguido hoy, con el partido de Champions frente al Brujas tres días después. Harán falta gotas malayas, relámpagos y hasta huracanes de nombre sugerente para salir airosos.

 

RESULTADO FINAL: Real Madrid, 2 – Osasuna, 0 

1-0: Minuto 36, Vinicius Jr. (asistencia de Kroos)

2-0: Minuto 72, Rodrygo (asistencia de Casemiro).

 

REAL MADRID: Areola, Odriozola, Militao, Ramos, Nacho; Casemiro, Kroos, Valverde (James, min. 82); Lucas Vázquez, Jovic y Vinicius Jr. (Rodrygo, min. 71).

 

ÁRBITRO: Mateu Lahoz (colegio valenciano).

Mostró tarjetas amarillas a Militao (min. 10) y Nacho (min. 57).


Imagenes: realmadrid.com