CRÓNICA | Capitanes: RCD Espanyol 2 – 4 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

El Real Madrid se presentaba en Cornellá-El Prat con la necesidad de no perder puntos y mantener la distancia con sus rivales, dado que todos habían ganado en sus enfrentamientos ligueros. Como decía @pepo2204 en su previa, este partido debía servir para “consolidar la recuperación” del equipo blanco. Y, durante una hora, se dedicó con fruición a ello, bajo el liderazgo de esos dos tipos callados y prudentes que se llaman Karim Benzema y Luka Modric.

Solari alineó a algo parecido a un “once de gala”, con Courtois como portero, una defensa formada por Carvajal, Varane, Ramos y Reguilón, el centro del campo clásico con Casemiro, Kroos y Modric, y la delantera que ha venido jugando estos últimos partidos, con Lucas Vázquez, Benzema y Vinicius Jr. Esto da idea de la importancia que para el técnico argentino tiene la competición liguera, en la que está claro que no quiere tirar la toalla.

Empezó el partido con un Madrid veloz, intenso y concentrado desde el primer minuto, siendo éste de la concentración inicial un planteamiento tan importante como para que Solari lo repitiera varias veces en la rueda de prensa previa. Los jugadores salieron dispuestos a ejecutar el plan, y lo hicieron a la perfección. Un disparo centrado de Vinicius a los dos minutos de juego fue anticipando lo que vendría. En el minuto 4, Modric entraba por entre la defensa españolista como cuchillo caliente en mantequilla, y ejecutaba un remate raso, ante el que Diego López sólo pudo rechazar el balón. Benzema, atento como un gato despierto, tocó el balón lo justo para enviarlo al fondo de la portería y establecer el 0-1. Como en los partidos anteriores, marcar el primer gol sólo significó para el Real Madrid una señal de que había que ir a por el segundo. Y así lo hizo.

Aunque el Espanyol trataba de salir y tuvo alguna oportunidad de peligro, como una falta lateral, al llegar el primer cuarto de hora, otra jugada de Benzema acababa en un remate de Kroos que, desviado por un defensa, acababa en córner. Fue sacado en corto hacia Modric, que esperaba en la esquina del área, y que puso un balón preciso hacia el segundo palo, donde Sergio Ramos se elevó entre rivales y compañeros, y remató de cabeza a la esquina contraria, haciendo imposible que Diego López alcanzara el balón antes de que entrara en la portería. El 0-2 siguió dando energía al equipo blanco, aunque cometía fallos puntuales en pases aparentemente fáciles, que le costaban jugadas algo peligrosas del Espanyol.

En el minuto 25, el rechace de un córner le llegó a Didac Vila, que trató de rematar a puerta, pero se cruzó el cuerpo de Lucas Vázquez por en medio. El rebote le llegó a Leo Baptistao, algo escorado a la derecha pero completamente solo, y desde allí fusiló con un disparo alto y duro a Courtois, que probablemente podría haber hecho más por parar el esférico. A partir de ahí, se abrió una fase con ciertas dudas en el equipo madridista, de la que se fue reponiendo poco a poco. Reguilón se llevó un codazo de Leo Baptistao, Ramos vio tarjeta por algo que ni siquiera parecía falta, y fue entrado poco después por Sergio García, cuyo golpe le dejó tocado. Sin embargo. los últimos diez minutos del primer tiempo, se volvió a ver a un equipo blanco pletórico físicamente, que recuperaba balones con facilidad y que creaba cada vez más peligro.

Un cabezazo de Benzema a centro de Lucas, en el minuto 44, salió desviado, y fue la antesala de la enésima jugada en que el francés se acercaba al territorio del área perica con peligro. Un minuto después, entró como un misil desde el frente izquierdo del ataque madridista, miró y se dio cuenta de que Vinicius entraba como un tiro en diagonal desde el otro lado, cruzándose. Le mandó el balón al brasileño que, como si se conocieran de toda la vida, le devolvió un balón al punto justo, ni muy hecho, ni muy crudo, para que Benzema lo enviara, con dulzura y efecto, cruzado al otro lado de la portería del equipo perico, haciendo subir el 1-3 al marcador justo antes del descanso.

Del descanso volvió el Madrid sin Ramos, probablemente tocado por la entrada de Sergio García, y con Nacho ocupando su lugar. Y no podemos decir que volviera peor, precisamente. Los primeros veinte minutos de la segunda parte fueron una auténtica exhibición de la recuperación de balón, con unos enormes Toni Kroos y Lucas Vázquez en esta tarea; del control del juego, con un papel absolutamente determinante en ello del Balón de Oro Luka Modric; y de un despliegue ofensivo descomunal de Karim Benzema. El francés aprovechó como nunca esta segunda juventud que parece estar viviendo y, con espacios entre la defensa y el centro del campo de un Espanyol muy estirado, se dedicó sistemáticamente a martillear la defensa perica hasta hacer sangre. Condujo, combinó de espaldas, devolvió paredes, abrió a las bandas, filtró pases y capitaneó al equipo, además de con el brazalete, como sólo sabe hacerlo: a base de fútbol. Regaló dos oportunidades claras de gol, una de ellas a Carvajal, que cruzó demasiado el balón, y otra a Modric, tras una pared descomunal en medio de la defensa blanquiazul, que desvió fuera el portero perico. También él tuvo una oportunidad, que remató floja en el último momento, algo desequilibrado.

En el minuto 67, Lucas recuperó un balón en la banda izquierda, y Benzema recibió el balón y penetró en el área por ese lado. Fue sorteando defensas hasta volver a encontrar a Lucas en la frontal; el extremo gallego devolvió el balón al punto de penalti, donde Gareth Bale, recién entrado en el campo en lugar de Vinicius, controló, dio un pequeño taconazo, se giró y clavó un zurdazo cruzado, imparable, en la meta españolista. El 1-4 fue algo así como el certificado que respaldaba el buen juego mostrado durante esa fase. Un minuto después, otra genialidad del francés dejaba a Carvajal, tras un túnel a un rival, en condiciones de remate, pero nuevamente Diego López salvó con la punta de los dedos y desvió a córner.

Pero un acontecimiento inesperado hizo dar un vuelco a la dinámica del partido. Un pase en profundidad del equipo españolista en el minuto 72 lanzó a Piatti en dirección a la portería de Courtois, y Raphael Varane, en su carrera, aparentemente tocaba sin querer con su rodilla en el talón del argentino, haciéndole trastabillarse y caer. El árbitro Gil Manzano mostró la tarjeta roja a Varane, dejó al equipo blanco con diez jugadores y señaló falta fuera del área, que fue lanzada sin consecuencias. A partir de ahí, imprecisiones y despistes de algunos jugadores como Casemiro, generaron ocasiones para el Espanyol que salvó la defensa a duras penas. Marcelo entró por Modric, y el Madrid perdió del todo el control del cuero, que pasó a ser casi exclusivo de los pericos. En el minuto 80, Rosales, tras un pase en profundidad volvía a batir a Courtois. La revisión del VAR evidenció que Marcelo rompía una posible posición de fuera de juego, y el gol se convirtió en el 2-4, que sería a la postre definitivo. El Madrid, a partir de ahí, se cerró bien atrás, destacando las recuperaciones continuas, de nuevo, de jugadores como Kroos y Lucas, incansables hasta el último minuto.

Las conclusiones a sacar del partido de esta noche son positivas, en general. El equipo ha demostrado personalidad, actitud y ha vuelto a marcar cuatro goles. La recuperación progresiva de Modric ha evidenciado que hay más de lo que parece en este equipo, a poco que varios de sus componentes están en su estado de forma y anímico habitual. Kroos ha vuelto transmitiendo compromiso defensivo, y Bale ha marcado gol cuando apenas llevaba tres minutos sobre el césped. Y, quizá la mejor noticia de hoy es que la plantilla tiene capitanes que actúan como tales: Ramos, con una primera parte muy seria atrás en el corte e iniciando el juego, y el espectacular partido de Benzema, mostrado ese liderazgo en el juego, permiten ser conscientes de que hay gente que quiere encabezar otra vez a este grupo para perseguir las gestas de años anteriores. Se consolida esa sensación de ser un equipo cada vez más sólido en el manejo de los partidos y que, aunque conviene no confiarse, parece estar en el buen camino para afrontar los difíciles partidos que se avecinan. En la parte negativa, habrá que conocer el alcance de la lesión de Ramos, y Varane se quedará sin jugar por sanción el próximo partido, con lo que en Girona solamente Nacho es seguro en el centro de la defensa. Y, en el partido de hoy, otra vez el encajar un gol ha sacado al equipo durante unos momentos fuera del partido, aunque ha remontado de manera muy adecuada. El próximo partido, la vuelta de Copa del Rey en Girona, probablemente permita ver a un Madrid algo diferente, con jugadores que no están disfrutando de minutos, aunque tendrán que ofrecer suficientes garantías como para pasar la eliminatoria. Hasta entonces


Imagenes: realmadrid.com