Un año de espanto (Parte II)

Un articulo de: @luismanper

Ancelotti fue cesado a mediados de Mayo y días después se cerró la contratación de Rafa Benítez, fichajes no llegaron hasta Julio (exceptuando el fichaje de Danilo que se había comunicado en abril) cuando se cerró la vuelta de Casemiro en lugar de un Khedira que firmó con la Juve al acabar contrato y la repesca de Lucas Vázquez, pero el plato fuerte del mercado de fichajes sería la salida de Casillas, que tardó una eternidad en cerrarse entre tiras y afloja constantes de sus representantes y del club, y que acabó con los huesos de Iker en el Oporto de Lopetegui, y con el fichaje exprés de Kiko Casilla, abonando al Espanyol la cláusula de recompra que figuraba en el contrato del portero catalán.

Posteriormente salieron Coentrao, Illarra y Lucas Silva y se fichó a Kovacic, para que el equipo no se viniera abajo cuando faltara Modric como ocurrió la pasada temporada, pero el esperpento del mercado de fichajes llegó el 31 de Agosto, cuando los madridistas contemplamos atónitos el sainete del no-fichaje de David de Gea, cuyo traspaso al Real Madrid había sido pactado a cambio del traspaso al Manchester de Keylor Navas, pero el club inglés apuró tanto los plazos legales que no hubo tiempo material para registrar el traspaso en la Liga de Fútbol Profesional, pues el fax que comunicaba a la LFP dicho intercambio de jugadores entró minutos después de las 12 de la noche del 31 de Agosto, por lo que el plazo de fichajes ya había sido cerrado. El ridículo fue mayúsculo y en los meses que llevábamos de año iban ya unos cuantos…

La temporada arrancaría con un juego del equipo muy pobre, pues empezamos empatando a 0 con el Sporting en el Molinón y goleando 5-0 al Betis en uno de los pocos partidos en los que el equipo ha ofrecido buena imagen en lo que llevamos de temporada, a continuación llegó el primer parón de selecciones y con él se produjeron las primeras lesiones de la plaga que ha asolado al equipo en los últimos meses, durante los partidos de selecciones las primeras víctimas fueron Danilo y James, a la vuelta del parón endosamos un 0-6 al Espanyol en Cornellá y en el primer partido de Champions continuó la plaga, pues se lesionaron Varane por una escalofriante entrada, Sergio Ramos que en una mala caída se dañó el hombro  y ha arrastrado esa lesión desde entonces y también Gareth Bale, que sufrió un problema muscular que lo tuvo alejado de la dinámica del equipo en la victoria en San Mamés con doblete de Benzema y en el desesperante empate a 0 en el Bernabéu ante el Málaga en el que un gol fantasma de Isco y un gol anulado por inexistente fuera de juego de Modric pudieron darnos la victoria, así como del partido de Champions ante el Malmoe en Suecia, en el que Cristiano Ronaldo empató el récord de máximo goleador de la historia del club, que superaría semanas después ante el Levante.

Gareth Bale reapareció en la segunda parte del derbi ante el Atleti en el Calderón, que había empezado muy bien con gol de Benzema y penalti parado de Keylor a Griezmann, que salvó a Sergio Ramos de quedar ridiculizado por una sucesión de fallos que quiso enmendar parando por lo civil o por lo criminal al delantero francés, y que afortunadamente Keylor consiguió solucionar deteniendo ese penalty, pero la fortuna no estaba de nuestra parte y un Carvajal que estaba cuajando un gran partido y que había servido una magnífica asistencia en el gol de Benzema, se lesionó en el tobillo y tuvo que salir Arbeloa ante la baja de Danilo, el lateral salmantino demostró que no está ya para demasiados trotes y perdió un balón que desembocó en una carrera del extremo colchonero Carrasco, que Arbeloa no quiso parar con falta y que acabó con un pase de la muerte al área pequeña, que Keylor no pudo atajar y que quedó muerto en los pies de Vietto, para que el delantero argentino pusiera el empate en el marcador… y gracias porque Jackson habría marcado el 2-1 a favor del Atlético, de no haber sido por un impresionante paradón de Keylor Navas.

Después hubo otro parón de selecciones que acabó con la lesión muscular de Benzema, y con Bale jugando 180 minutos a pesar de que estaba recién recuperado de su lesión muscular y, a pesar de que uno de los partidos era absolutamente intrascendente para su selección, el galés pagó ese absurdo sobreesfuerzo y en el siguiente partido ante el Levante recayó de su lesión muscular, lo que generó una gran polémica en la afición al considerar (para mí con toda la razón) que Bale se había arriesgado innecesariamente a lesionarse por querer lucirse ante su afición. Ese partido ante el Levante se ganó sin más consecuencias y después llegaría el mejor partido del Real Madrid hasta el momento, que disputó en París ante el PSG, con el enésimo susto previo en forma de lesión incluido esta vez en la persona de Kovacic, pero un equipo con Jesé y Lucas Vázquez se sobrepuso perfectamente a tantas bajas y cuajó un partido muy bueno, en el que faltó lo más importante, el gol que desnivelara el marcador por lo que paradójicamente el partido, donde el Real Madrid mostró mejor juego en lo que va de temporada acabó con 0-0.

Tres días después sin apenas descanso, ganamos al Celta en Vigo con una gran primera parte en la que nos adelantamos 0-2 con el primer gol de Danilo en su etapa en el Real Madrid, sin embargo, en el segundo tiempo el equipo se desplomó físicamente (como por otra parte nos ha pasado en numerosos partidos en lo que llevamos de temporada) y ni siquiera que el Celta se quedara con 10 fue óbice para que nos diera un baño tremendo que no fue a más por la espectacular exhibición que ofreció Keylor Navas aquel día y que sólo traspasó Nolito con un formidable zapatazo a la escuadra, por suerte conseguimos mantener el resultado y Marcelo lo aumentó en el descuento para cerrar el 1-3. La semana siguiente ganamos a Las Palmas en el Bernabéu, en un partido aburrídismo en el que lo único destacable fue el debut de Kiko Casilla, ante los problemas musculares que sufría Keylor. Y el siguiente martes empezó el horrible mes de noviembre, en el que los partidos ante equipos grandes nos han dejado un panorama desolador, ya que sólo vencimos al PSG en un partido horrible en el que todos nuestros jugadores se vieron desbordados por los franceses y salvamos gracias al poco acierto de los delanteros del PSG, y gracias a un surrealista gol de Nacho que pocos minutos antes había entrado para sustituir al lesionado Marcelo.

Pocos días después de ese partido, se destapó el escándalo Benzema que seguía convaleciente de su lesión muscular que se provocó en su última estancia con la selección francesa, el delantero francés se vio envuelto en una presunta intermediación con unos delincuentes que chantajeaban a su compañero de selección Valbuena con la difusión de un vídeo sexual con su esposa, y en el que presuntamente Karim intentó convencer al jugador del Olimpique de Lyon para que cediera al chantaje y pagara la cantidad que le reclamaban los extorsionadores para no sacar a la luz ese vídeo, por lo que Benzema fue imputado por la justicia francesa y apartado de la selección de Francia, a pocos meses de la Eurocopa que el país galo albergará. Una vez más los madridistas nos preguntábamos si nos podían pasar más cosas rocambolescas, de las que estaban aconteciendo en este espantoso 2015.

El siguiente fin de semana la cosa iba a ir a peor con el desastre de Sevilla, donde empezamos ganando con una sensacional chilena de Sergio Ramos que abrió el marcador y que fue el causante de que el camero, se resintiera de su interminable lesión de hombro por lo que tuvo que ser sustituido por Varane y a partir de entonces, la debacle del equipo fue imparable, primero un córner pésimamente defendido en el que Kiko Casilla se quedó a media salida acabó en el gol de Inmobile, hasta entonces  inédito en el Sevilla. Pero la segunda parte fue un bochorno tal, que el 2-1 no tardaría en llegar con un jugadón en que Konoplyanka bailó como quiso a nuestra defensa para acabar poniendo el pase de la muerte a Banega, pero lejos de reaccionar el equipo siguió noqueado y Fernando Llorente puso la puntilla con un testarazo a la escuadra tan típico de él, el sonrojante marcador sólo pudo ser maquillado por James, que reapareció de su lesión para intentar agitar a un equipo en descomposición.

Pero cuando creíamos que la cosa no podía ir a peor, llegó el Clásico en el Bérnabeu, en el que Benítez sacó el once que muchos madridistas pedían, y que acabó con una de las mayores humillaciones de los tiempos recientes con un tempranero gol de Luis Suárez en el que Ramos pierde la marca por enésima vez tras una jugada del mil toques de los mediocampistas culés, después sería Neymar quien pondría el 0-2 sin que los madridistas se dignaran a aparecer por el campo, en la segunda parte sería Iniesta quien colocaría el 0-3 con un sublime trallazo a la escuadra, y sería de nuevo Luis Suárez quien cerraría el marcador ganando de nuevo la posición a Ramos…

La hecatombe fue de tal magnitud, que el público empezó a pedir responsabilidades tanto al palco como al banquillo, y el equipo “reaccionó” jugando en Ucrania contra el Shartak Donestk donde se adelantó 0-4 en el marcador, para a continuación desconectarse del partido en el minuto 75 encajando 3 goles en los últimos 15 minutos, dando de nuevo una lamentable imagen de desconexión que empezaba a desesperar al madridismo, el equipo solventó su siguiente compromiso venciendo en Éibar por 0-2, y entonces llegó otro inolvidable esperpento por el que recordaremos este 2015, cuando en la eliminatoria de Copa ante el Cádiz en el Ramón de Carranza, fue alineado como titular Cherishev, a pesar de que el jugador ruso arrastraba una sanción por 3 amarillas de su etapa en el Villarreal de la cuál nadie del organigrama ni deportivo ni jurídico del club se había percatado, de que el ruso debía cumplirla en el siguiente partido copero que podría disputar, o sea, el de Cádiz. El equipo gaditano impugnó el partido por alineación indebida para ganar en los despachos lo que perdió 1-3 en el césped, y primero el Comité de Competición y después el de Apelación dio la razón al equipo andaluz y nos eliminó de la competición, a expensas del recurso pendiente ante el Tribunal Administrativo del Deporte que nos podría readmitir en esta competición.

Más tarde vino la victoria 4-1 al Getafe desperdiciando la segunda mitad como en tantos y tantos partidos y tras una intrascendente goleada por 8-0 ante el Malmoe, en la que Cristiano se convirtió en el máximo goleador de la historia de las fases de Champions, llegó la última debacle del año en un partido en Villarreal en el que nos podríamos haber acercado a 2 puntos del Barça si hubiésemos ganado, pero que entregamos en bandeja la primera parte al equipo castellonense, reconociendo algunos jugadores que no habían salido enchufados, por lo que el intento de reacción del segundo tiempo fue demasiado tardío y perdimos 1-0. Pero el broche de oro a este nefasto 2015 llegó en la goleada por 10-2 al Rayo de Paco Jémez en el Bernabéu, pues a pesar de endosar a los vallecanos la goleada liguera más abultada desde principios de los años sesenta, la imagen ofrecida no fue buena ya que el equipo iba perdiendo cuando jugó contra 11 rivales, pues el Rayo jugó una hora de partido con 9 jugadores, debido a la justa expulsión de Tito y a la rigurosísima expulsión de Baena por un penalti muy discutible a Sergio Ramos, que significó el 2-2 pero que mató el partido, ya que a partir de ese momento empezaron a caer goles como churros ante la impotencia rayista.

En definitiva, la mejor noticia del 2015 es que ya se acaba, porque ha sido una surrealista sucesión de hechos desagradables tanto por motivos deportivos como extradeportivos, que se iban sucediendo de manera que cuando creíamos que las cosas no pueden ir a peor, siempre surgía algún hecho aun más desagradable o un partido aún más deplorable del equipo, ojalá todo esto quede en el olvido en 2016, y todos estos hechos no sean más que un mal recuerdo en un nuevo año que ojalá nos traiga los títulos que no llegaron en 2015.