CRÓNICA | Sin identidad: SD Éibar 3 – 0 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Puede aludirse al mal juego, a la falta de actitud, a errores en el diseño del equipo o al estado físico de los jugadores. Pero lo cierto es que el Real Madrid completó frente al Eibar uno de los peores partidos que se le recuerda, sin dominio, sin ambición y sin alma. Hay una sensación que hemos tenido muchas veces, cuando el equipo blanco está por detrás en el marcador: que, en cualquier momento, el Madrid vuelve. Que llegará esa jugada que supondrá un punto de inflexión en el partido, que cambiará la dinámica y que abrirá el camino de una nueva remontada. Hoy no ocurrió. El Madrid no fue él, ni en la parte final, ni en la mayor parte del partido.

Tras el parón de selecciones, el Real Madrid saltó a Ipurúa aparentemente concienciado de la importancia de sumar los tres puntos en juego, ya que la jornada deparaba un enfrentamiento directo entre dos de los principales rivales para alcanzar el título de Liga. En un horario poco frecuente, se presentaba el equipo blanco con un equipo sin apenas rotaciones destacables, y con la presencia de Ceballos en lugar del lesionado Casemiro, además de la reaparición de Varane y Marcelo en defensa. También llamaba la atención la presencia en el once de Marco Asensio, tras las desafortunadas declaraciones de hace unos días que, también desafortunadamente, confirmó en el campo.

El partido comenzó con una presión muy adelantada de los dos equipos, que buscaba más dificultar la construcción del juego rival que otra cosa. A los dos minutos de juego, una salida a destiempo de Ramos a presionar, que no sería la última del partido, permitió a Kike García lanzar un tiro bombeado con el exterior que chocó con el poste defendido por Courtois. Un par de minutos después, Bale marcaba un gol anulado por fuera de juego algo dudoso, lo cual daba idea de la facilidad con que ambos equipos llegaban al área contraria. Benzema estuvo a punto de marcar en el minuto 10, pero Jose Ángel lo evitó bajo palos.  Al cuarto de hora, un córner sacado por Kroos a la esquina del área hacia Modric, y que acababa en un intento de disparo flojo de Ceballos, supuso que el Eibar desencadenara un contraataque en que el equipo blanco no replegó adecuadamente y finalizara en gol de Escalante. La revisión del VAR, debido a que el juez de línea había señalado fuera de juego, finalizaba haciendo subir el primer gol del Eibar al marcador.

El 1-0 tuvo un efecto anestésico sobre el Real Madrid a lo largo de los siguientes minutos, con muchos problemas para sacar el balón jugado gracias a la presión del Eibar. El equipo vasco se acercaba con peligro a la meta de Courtois, debido a pérdidas de balón en el centro del campo madridista, especialmente a cargo de Ceballos y Modric. En el último cuarto de hora de la primera parte, el Madrid trataba de llegar, con más esfuerzo que acierto, con Bale en un lanzamiento de falta desde la frontal que desviaba Riesgo, y con Ramos cabeceando alto un córner. Al descanso, el marcador de 1-0 evidenciaba un plan claro de juego por parte del Eibar frente a un Real Madrid que no había hecho méritos para ir por delante.

La segunda parte del partido empeoró, si cabe, a la primera. Sólo Courtois que, con un par de estiradas salvadoras, evitó un resultado mucho peor. Sólo Marcelo, que trató hasta el último momento de llegar al área rival con centros o paredes. Sólo Kroos, que aparecía como el único tablón en medio del naufragio del centro del campo. Sólo Benzema, que lo intentó sin cesar, aunque cayendo en la trampa del fuera de juego que el equipo azulgrana tiró constantemente. El resto del equipo blanco se hundió irremediablemente en cuarenta y cinco minutos sin juego, ni espíritu de victoria, ni orgullo. Las señas de identidad del Madrid fueron diluidas en un segundo tiempo en que el Eibar marcó otros dos goles, de Sergi Enrich y Kike García, que pudieron ser más. Le bastó con una presión muy arriba, una defensa adelantada, y la fe de que cada balón dividido, cada movimiento de carácter defensivo, acabaría con éxito.

Asensio y Modric dimitieron de sus labores defensivas y perdieron balones y presencia con cada minuto que pasaba. Odriozola evidenció sus carencias defensivas para ser lateral derecho. Ramos salió a donde no llegaba a robar y generaba peligro en su propia área. Varane siguió desconocido, desubicado, desorientado. Ceballos, con un despliegue físico portentoso, perdió la posición una y otra vez, además de arriesgar en pases alocados y regates innecesarios, en la posición de medio centro. Bale perseguía a su sombra, y no le daba para alcanzarla porque apenas corría, perdiendo balón tras balón.

La sensación que el equipo transmitía era la de un equipo vulgar, un juguete roto en manos de un rival con menos talento pero más ambición por la victoria y seguridad en su juego. Solari dio entrada a Carvajal (por lesión de Odriozola), a Isco (que se sumó al dislate del centro del campo) y a Vinicius, que lo intentó dos, tres veces, pero al que la presión del Eibar desactivaba con facilidad. Nada de nada cambió. El partido transitó, entre las llegadas peligrosas del Eibar robando en la salida del balón del Madrid, y la incapacidad de éste para generar auténtico peligro, hasta su punto final. 

El resultado, siendo malo para el Real Madrid, mejora el juego exhibido y la actitud mostrada. Sobre todo, se echó de menos ese ADN del que se hablaba en el pasado reciente, esa búsqueda continua de la portería rival, esa jerarquía a la hora de manejar los partidos, esa personalidad de un equipo campeón, esa ambición desmedida por ir en pos de la victoria, ese no rendirse nunca. El Madrid fue una caricatura de sí mismo, irreconocible para todos. Las señas de recuperación que el equipo mostró en los primeros partidos de la era Solari han pasado en el día de hoy a ser indicadores de una pérdida de carácter preocupante. El Madrid, si necesita algo antes que otra cosa, es recordarse a sí mismo quién es y recuperar su identidad. Y lo necesita para ya, porque el martes, en Roma, no puede permitirse otro naufragio semejante.


Imagenes: realmadrid.com