OPINIÓN | A contracorriente: Mayoral y su historia

Un articulo de: @MiedoEscenico2

Todo el madridismo, ya sea oficialista, pipero, mourinhista, hater, opositor o de cualquier otra etiqueta artificiosa, demanda estos días el fichaje de un delantero centro. Se habla de que la plantilla no es profunda, que se mira al banquillo y no vale lo que hay, y que, para poder optar a todos los títulos, hace falta un goleador, porque el equipo ha de cubrir la ausencia del jugador que asumía gran parte de la carga goleadora del equipo, Cristiano Ronaldo.

Habría que matizar, antes de nada, que la ausencia del luso no deja al equipo obligado a jugar con diez, aunque alguno parezca pensarlo. Los más de 3.600 minutos que Ronaldo jugó con el Real Madrid la temporada pasada los jugarán otros en su lugar, que nadie se preocupe. No obstante, es aquí donde entra el debate, ante la inquietud sobre cómo subsanar esta pérdida. Y la opción elegida por la mayor parte del madridismo es la de fichar un nuevo jugador. En el caso de algunos, se vive con angustia y premura esta necesidad, y se pide fichar a quien sea, por la hipotética falta de fiabilidad del banquillo, barajando nombres que van desde Lewandowski y Cavani, hasta Gerard Moreno o la recuperación de Mariano Díaz. 

Sin que deje de estar de acuerdo en que sería deseable que llegara algún delantero, echo en falta un análisis algo más profundo de la situación, especialmente en lo que tiene que ver con un jugador como Borja Mayoral. En estos días, esa idea de “cualquier cosa es mejor que Mayoral”, por no hablar de motes o descalificaciones, ha germinado de manera continua en el madridismo que demanda intensamente nuevas incorporaciones como única forma de salvar la temporada. Y es, como mínimo, cuestionable.

Imagen: ecos.la

Borja Mayoral es un producto de la cantera del Real Madrid, en el que lleva desde los diez años. Accedió al Juvenil A siendo de primer año, especialmente porque había destacado por su capacidad goleadora en las categorías inferiores del club. En la temporada 2014-15, marcó 40 goles en 31 partidos con este equipo, y jugó 5 partidos con el Castilla, marcando 2 goles. Fue campeón de Europa sub-19 en 2015, marcando uno de los dos goles en la final frente a Rusia. En esta categoría, marcó 9 goles en 11 partidos oficiales. Todos los goles los marcó siendo titular, una cuestión importante, como veremos después.

En la temporada 2015-16, pasa a formar parte del filial, en el que juega 29 partidos y anota 15 goles, todos ellos en los 24 partidos que jugó como titular. Aun teniendo ficha con el Castilla, debutó en Primera División en octubre de 2015, siendo Rafa Benítez entrenador del Real Madrid, jugando 3 minutos frente a la UD Las Palmas. En la segunda parte de esa temporada, Zidane tiró de él en 5 partidos más, siendo titular en 3 de ellos. No marcó ningún gol en ellos. En la UEFA Youth League de aquel año jugó 7 partidos, todos ellos como titular, y marcó 9 goles, incluido el del honor en la final que el Real Madrid perdió frente al PSG.

Su prometedora actuación en esa competición, así como el overbooking de delanteros con los que cuenta el Real Madrid para la temporada 2016-17, suponen una cesión al Wolfsburgo alemán. Allí se encuentra que el delantero centro es el histórico Mario Gómez, que fue titular en la práctica totalidad de partidos. Mayoral juega, durante esa cesión, 19 partidos, anotando solamente 2 goles, y ambos siendo titular, circunstancia que se dio únicamente en 3 de esos partidos. En otro orden de cosas, quizá habría plantearse desde el club si una cesión para jugar 426 minutos en toda una temporada tiene sentido, porque es poco rentable para el propio Real Madrid, por no cubrir el objetivo para el que se realizó. Aquel año el Wolfsburgo acaba en el puesto 16 de la Bundesliga, jugando la promoción para salvar la categoría, y se produce el cese de dos entrenadores a lo largo de la temporada. Resulta llamativo que Borja Mayoral, con los 2 goles que marcó, fuese el tercer máximo goleador de la escuadra, sólo superado por Mario Gómez (18 goles en 3.153 minutos) y Daniel Didavi (4 goles en 1235 minutos), lo cual da idea de la crisis de juego que atravesó este equipo.

Imagen: realmadrid.com

A su regreso al Real Madrid en la temporada 17-18, se incorpora a la plantilla del primer equipo, en la que aparece como cuarto delantero, por detrás de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Karim Benzema, si no incluimos en la nómina de esta posición a Lucas Vázquez y Marco Asensio. A pesar de las sanciones y lesiones que sufrió la línea de atacantes durante la temporada, Zidane lo utiliza en 24 partidos, aunque solamente en 9 de ellos lo hace como titular (cinco en Copa del Rey, uno en Champions League y tres en Liga), y es en ellos donde marca 6 de los 7 goles que consigue. Es destacable que el Real Madrid no perdió ninguno de los partidos en que fue titular, 2 empates (en Copa del Rey) y 7 victorias.

Este recorrido por el historial de Borja Mayoral describe a un delantero con capacidad goleadora, pero no lo que se conoce vulgarmente como un “revulsivo”. Saliendo desde el banquillo, sus números bajan en cuanto a efectividad, mientras que la condición de titular se ve acompañada de un alto ratio de eficacia (1 gol cada 127 minutos en juego, aproximadamente 3 goles cada 4 partidos). Su mayor efectividad tiene lugar entre el minuto 15 y el 45, en que ha marcado la mitad de sus goles en los últimos 3 años. Aunque ha marcado goles también en los minutos iniciales de algunos partidos, da la sensación de ser un delantero algo así como “diesel”, que necesita ir tomando contacto con el partido hasta alcanzar el punto óptimo, a partir de los 15-20 minutos. En la segundas partes, su capacidad realizadora también es menor en los primeros 15 minutos, lo cual da idea de que necesita tiempo en el campo para mostrar sus mejores prestaciones.

Dada la situación actual de zozobra respecto al fichaje o no de un delantero para la temporada por parte del Real Madrid, las características de Mayoral invitan a pensar en diferentes opciones, en función de lo que ocurra. En el caso de que no llegara ese fichaje, y él siguiera formando parte de la plantilla para esta temporada 2018-19, su historial le señalan como un recurso muy útil, pero solamente en determinadas condiciones. Contar con él como revulsivo en los partidos no parece que sea la mejor opción, salvo si sale relativamente pronto al campo, antes del minuto 60. Probablemente, para cubrir esta necesidad, sea mejor un perfil tipo Lucas Vázquez o Vinicius, con más capacidad para aumentar las revoluciones del partido, más verticales e imprevisibles. Sin embargo, creo que Borja Mayoral sí sería un jugador de una utilidad importante para dar partidos de descanso a los delanteros titulares, tanto en el Bernabéu como fuera del mismo.

Imagen: agdeportes.com

Conviene recordar que Karim Benzema cumple 31 años en diciembre, y su pierna derecha ha sufrido hasta ocho lesiones en los últimos tres años, y que Gareth Bale parece tener ciertas dificultades para mantener el ritmo domingo-miércoles-domingo sin tener problemas físicos, al menos hasta ahora. La aportación de Mayoral, jugando 20-25 partidos como titular, y entrando en rotaciones para dar descansos a estos dos jugadores, podría potenciar tanto su desarrollo en la faceta goleadora, recuperando la confianza de su etapa anterior, como la capacidad ofensiva del equipo, saliendo beneficiados ambos. Esa sería, por sus antecedentes y características, una mejor opción que tratar de utilizarle para remontadas de resultados adversos en los últimos minutos.

Por el contrario, si llegara un delantero a la plantilla, está claro que lo más beneficioso para él y para el club sería una cesión a otro equipo, de la Liga española a ser posible, en que tuviera oportunidades para ser titular y desarrollar sus capacidades ofensivas en condiciones de competición a un nivel adecuado. Esperemos que, con él, no se cumpla esa maldición de algunos jugadores como Etoo’, que tuvieron que emigrar a otros equipos para poder demostrar su capacidad y, cuando quisimos darnos cuenta, ya era demasiado tarde; o de otros que, por entrar en círculos viciosos de cesiones continuas, acabaron en una espiral que no les permitió demostrar su capacidad y talento en el club que los formó como futbolistas.

Veremos qué ocurre y, tanto en un caso como en el otro, tendremos que mantener la mirada sobre un jugador como éste, para observar su evolución con atención.