El OjO Al Blanco del Estrella Roja 94 – 88 Real Madrid: Se nos rompió la red de tanto usarla

Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com

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El Madrid llevaba dos semanas saltando al vacío y siempre en encontraba la red que le amortiguaba el golpe, pero en su tercer choque consecutivo tras la última victoria conseguida in extremis ante Bayern y con esa derrota frente al Estrella Roja, solo le queda el vacío de la Eurocup si no es capaz de ganar los tres partidos siguientes, así que vamos con nuestro OjO Al Blanco en el día que se rompió la red.

Pocos amigos en Euroliga

El nuevo formato de competición para la próxima temporada está haciendo que el himno de Euroliga sea (casi) más pitado por esas canchas europeas que el himno de España en cierto campo de fútbol en una final de la Copa del Rey y es que si ayer vimos el concierto de viento que hubo en el Carpena, hoy volvimos a ver una situación muy parecida en el Pionir, algo que los mandatarios de la competición se habrán quitado para la próxima edición.

Un comienzo de peli de terror

¿Cómo se podría definir el comienzo del Real Madrid? Supongo que parecido a esas pelis de terror en que la primera escena es un asesinato que te pone en tensión desde el primer momento, pues ese fue el efecto que hicieron los blancos a su parroquia, nula defensa, un juego anárquico con tiros sin fundamento, balones perdidos y con un Estrella Roja que corría, corría y corría con un Jovic en plan Stephen Curry y que ponía un final de cuarto con 28-18 y con el recuerdo de errores en partidos anteriores pululando por todo Belgrado.

La ansiedad y la sinfonía arbitral

No hubo forma en esta primera parte, el Real Madrid volvió a pecar de ansiedad y a lanzar triples de forma poco ortodoxa cuando en realidad necesita movimiento de balón y, sobre todo, buscar a un Gustavo Ayón que parecía la principal opción ofensiva, a ello se unió una serie de actuaciones arbitrales que quedaron saldadas con dos técnicas (Laso y Nocioni) más una antideportiva a Taylor, las tres acciones, como mínimo, dudosas. Sin embargo, toda esa conjunción de malos momentos, parece que espoleó al Madrid, que fue capaz de recuperarse de todo lo vivido y empezar a mejorar su juego.

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La esperanza y la ilusión  

Aunque algunas veces parezca que ni los jugadores se lo creen, son capaces de jugar a un baloncesto excelente, y eso fue lo que nos dejó el Real Madrid en parte del tercer y último cuarto con una gran circulación de balón, buscando situaciones de fuera dentro, con juego entre pívots, con raza como la mostrada por Chapu que en su afán de celebrar un mate de 2+1 casi le da un mangurriazo a uno de los colegiados, con Chacho volviendo a demostrar magia ante el horrible día de Llull y Rudy, incluso un Thompkins que, a pesar de seguir con sus lagunas defensivas, se mostraba impacable en ataque y un Jeffery Taylor que pudo parar la anotación de Jovic ¿el resultado? Pues diez puntos arriba y muchos respirando mientras decíamos: “Joer, ya era hora”.

El “on fire” de Quincy Miller

Los que estuvimos en la ida en el Barclaycard no vimos a Miller, estaba recién fichado tras la lesión de Luka Mitrovic, un americano de esos que aparecen por primera vez en Europa y que uno nunca sabe cómo va a reaccionar, pues desde luego, su carta de presentación ante los blancos ha sido bestial y, sobre todo, por su capacidad de echarse el equipo a la espalda cuando parecía que estaba KO., suyos fueron los 9 puntos consecutivos y que ningún jugador blanco fue capaz de parar, en los bloqueos directos, si había cambio te la metía en la cara y, si no lo había, también te la metía en la cara, si ustedes juegan al NBA2K16 sería el jugador con la llamita encendida, así me entenderán más rápidamente.

Los minutos de la basura

Vamos a inventar un nuevo concepto de minutos de la basura, porque eso fue lo que hizo el Real Madrid en los últimos minutos del partido, tirar todo el trabajo anterior a la zona de detritus, incapaz de defender a Zirbes en el poste bajo, se encontró más que a gusto recibiendo de espaldas y jugando situaciones de 1 x 1 con poca oposición, a eso se sumó la poca agresividad defensiva mostrado en los momentos de la verdad y errores de bulto que permitieron tiros cómodos de Estrella Roja y que acabó, finalmente,  con una fiesta por todo lo alto en Belgrado que durará no solo hoy, ni mañana, ni pasado, sino probablemente mucho más tiempo.

Ahora quedan tres partidos, dos en casa ante Fenerbahce y Estrasburgo más uno en la mitad frente Bayern, pasar es posible pero se necesita ganar, algo que no consigue el Madrid desde hace tres jornadas en Euroliga, esperemos que sea ésta la última. Ahora nos vamos pero no sin mostrarles los mejores momentos del partido.