El OjO Al Blanco del Estrasburgo 93 – 86 Real Madrid: La angustia vive fuera de casa

Una cronica de: @Javirodespi planetacb.com

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No hay manera, el Real Madrid volvió a dar fuera de casa en esta Euroliga una mala imagen de juego y, sobre todo, de actitud en muchos momentos y que el “arreglo” final no puede ni debe ocultar la realidad de lo que fue el encuentro durante más de 35 minutos, pero no le demos más vueltas, vayamos a ver qué sucedió en nuestro OjO Al Blanco, ese que nos dice que la angustia vive fuera de casa.

Sálvese quien pueda

No sabemos cómo tenía preparado el inicio del partido Collet para frenar el juego del Real Madrid, pero lo que sí pudimos ver desde el salto inicial, fue un equipo muy superior a otro en cuanto a intensidad, cómo se pudo ver en el 7-0 inicial gracias a un juego del que ya nos había avisado Chapu en la previa, un ritmo dinámico, posesiones cortas, rapidez en las acciones y acierto, justo de lo que adolecía el Madrid de forma clara y que se agravó con la lesión de tobillo de Jaycee Carroll que nos puso a todos un nudo en la garganta hasta que volvió a salir de nuevo. Así las cosas el 20-9 que veíamos en el marcador, aunque no nos lo creyéramos mucho, hacía honor al juego visto por ambos equipos.

Cuestión de dureza

Hacía falta algo más que calidad, estilo, buen juego y todas esas cosas que hemos visto tantas veces al Real Madrid, seguramente la palabra clave sería “dureza” y el Madrid fue capaz de encontrarla durante unos minutos con dos jugadores claves: Chapu Nocioni y Willy Hernangómez, principales baluartes para intentar cerrar el sangrante aro blanco y dar un poco de alas a los jugadores exteriores blancos con un Llull que leía bien los bloqueos directos o un Rudy que se entonaba en su faceta multiplicadora en ataque o defensa. Solo con solo ese par de cosas y un poco de actitud por todos, el Madrid era capaz de darle la vuelta al marcador.

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Perdedor en la guerra de guerrillas

Sin embargo, todo fue un espejismo, el Real Madrid perdió el partido, no en la guerra que era de cara al espectador, sino en las guerrillas que había en cada una de las partes del campo, en primer lugar en defensa, dónde hubo en algunos momentos una falta de actitud que exasperaba a Laso que veía cómo sus jugadores no reaccionaban, ni en los minutos previos al descanso, ni después de poner los puntos sobre las íes tras la continuación. Después en ataque con un equipo blanco que se diluía en jugadas sin orden ni concierto y que, en pocas ocasiones encontraba el camino al aro, (con la excepción de un Jeff Taylor que hizo su mejor partido y mostró su poderío físico), merced a una defensa que estaba varios puntos por encima de los hoy visitantes y, finalmente, escogiendo un mal enemigo en el trío arbitral, que tendría sus errores como cualquier otro, pero que, en ningún caso, puede acusársele del horrible juego mostrado hoy por los jugadores del Madrid.

El insuficiente arreón final   

Hay veces que la épica no vale, hoy al Real Madrid no le valió para ganar, aunque sí para recortar el marcador y dejarlo menos abultado que lo visto anteriormente (ventajas de 20 puntos para Estrasburgo) y lo dejó en una apañadita desventaja de 7 puntos que, salvo caos casero, es remontable en el Barclaycard en un grupo que parece que el average va a ser clave, para ello fue necesario una mejora de la actitud (sé que es la tercera vez que uso la palabrita) junto con el miedo que pareció atenazar al conjunto francés y que Vicent Collet supo atajar de forma más que correcta con sus tiempos muertos para que, finalmente, el resultado no peligrara.

Los desaparecidos

No sabemos si será bueno o malo, pero nos vamos acostumbrando a no ver ni un minuto a Luka Doncic en cancha y, a pesar de que Laso creía que no iba a ser así, un Trey Thompkins que no jugó, suponemos,  que por su sobrecarga en la rodilla, a ambos se le echó de menos, al primero cuando Llull y Chacho no se les vio en su nivel habitual en la dirección de partido y al segundo porque hoy hubiera sido muy necesario para reforzar el interior del equipo. Sea como fuere, ambos estuvieron viéndolo desde el banquillo.

Así terminamos por hoy, no sin antes mostrar nuestra más profunda repulsa a lo sucedido en París, en un día que escribir una crónica es mucho más duro de lo que pueda parecer cuando uno ve que la vida pende de cualquier malnacido que quiera arrebatártela porque le da la gana, nuestro más sincero pésame a las víctimas y familiares.

Estas fueron las mejores jugadas del partido…