Los mismos de siempre

Un articulo de: @JorgePlatero97

Perder un partido después de catorce encuentros sin conocer la derrota no está mal. Está mejor aún si le sumas algún que otro error arbitral -que ya contamos con ello desde el comienzo de temporada-, una plaga de lesiones que ni el ébola en Sierra Leona y ser un equipo en plena construcción. Aparentemente son datos de un equipo ganador y que aspira a todos los títulos de la temporada. Pero todo esto deja de valer cuando eres el Real Madrid. Sí, una vez más se vuelve a demostrar que somos el equipo más grande del mundo. Somos como Madonna en el pop o Justin Bieber para las adolescentes. Perdemos el primer partido, contra el Sevilla en su casa y parece que hubiésemos empatado a cero contra el Villanovense.

Ningún entrenador sabe lo que es el Real Madrid hasta que lleva en el club unos meses. Somos un equipo que concentramos más críticas, tanto de fuera como de dentro del club, que Sálvame, que ya es decir. Pero una cosa es un crítica constructiva, argumentada y elaborada y otra muy distinta es la muestra de animadversión, antipatía o aborrecimiento hacia quien crees que es el culpable de “la mala situación del equipo” sin un motivo del que se pueda sacar algo provechoso.

El madridismo disfrazado, aquel que se encargó muy bien de definir y señalar Mourinho, está muy habituado a la crítica fácil, a la sencilla que resulta más cansina que los programas de niños en televisión. Pues bien, hicieron lo propio tras el partido en Nervión y empezaron a cargar contra quien para ellos era el culpable de la derrota y del mal juego del equipo…

-«O se va Benítez ..o dejó mi Madrid hasta que se vaya… último aviso»
-«A Benítez no le gustan los colombianos ya lo demostró con Zuñiga y ahora lo demuestra con James. ¡Puto gordo!»
-«Tu puta madre Rafa Benitez, gordo de mierda, amarrategui»
-«Benitez no tiene ni puta idea de entrenar»
-«Tiene que volver Ancelotti»
-«Que costumbre de marcar el primer gol y encerrarse atras. ¡Muérete Benítez, GORDO!»

Estas críticas igual de constructivas y de provechosas que una reunión entre Rajoy y Mas y con más faltas de ortografía que los exámenes del instituto de Belén Esteban, son en las que algunos madridistas se amparan para argumentar que el mal juego del equipo es culpa de Benítez. Ya que lo de todo es culpa de Mourinho o de Arbeloa no vale, ahora hay que inventarse otra excusa para no querer ver una realidad que venimos arrastrando, tal y como hace Cristiano Ronaldo por el campo, desde hace años. Vergonzoso, deshonroso, abyecto, ignominioso, indecente, indigno, inmoral, indecoroso, ruin, vil, bochornoso, despreciable. No estoy dando mi opinión sobre la no sanción de lo de “la concha de tu madre” de Mascherano, sino el resumen de los dos últimos partidos del Madrid. Creo que todos coincidimos en esto y en que hay que mejorar. En lo que estamos más alejados que Cristóbal Soria de la decencia son en las causas de esta mala racha.

Los más simplistas culpan a Benítez, que no seré yo quien diga que no tiene parte de culpa, acusándole de amarrategui y demás adjetivos que no dejan en muy buen lugar al madrileño. En cambio, una minoría, en la que me incluyo, defendemos que los verdaderos culpables son los de siempre. Los que jugaron con desidia la temporada pasada, los que echaron al entrenador que no les dejaba a hacer lo que ellos querían, los que se fueron a cantar con Kevin Roldán después de que el Atleti nos metiera cuatro, los que pidieron la cabeza de un entrenador porque no les ponía siempre…

A lo largo de los últimos años hemos ido cambiando de entrenadores, a falta de proyecto deportivo, intentando dar con la solución pero dando palos de ciego. Si analizamos los cuatros últimos entrenadores del Madrid (Benítez, Ancelotti, Mourinho y Pellegrini) nos damos cuenta del poco derrotero de este club. Hemos pasado de tener entrenadores que exigen mucho a los jugadores a otros que les dejan hasta fumarse un puro en el vestuario. Es como si una persona pasa de tener un Ferrari a tener un Seat 600 y luego después un Audi. Es un completo sinsentido que acaba por volver loca a la afición, dividiéndola.

Después de todos estos cambios, los resultados han sido como cuando Kiko Rivera empieza una dieta, osea más bien pocos. El verdadero problema del Madrid se ha mantenido: los jugadores. El principal culpable de esto es el Presidente que no dejó trabajar a quien quería poner a cada uno en su sitio, y después no siguió con otro entrenador que les contuviera. El segundo culpable más directo es Ancelotti, quien le otorgó el poder a los jugadores como si estos fueran Napoleón y su hermano y el italiano fuese Carlos IV. Nos vendió por completo, y nos entregó al desorden, nos empujó hacia el precipicio. Y por último, los jugadores con cierta influencia en el vestuario. Estos creyéndose, (y no sé si es así en la realidad) que tienen el mismo poder que la Merkel en Europa, se dedican a poner y quitar a su antojo utilizando a los medios de comunicación como quieren. Cuando les gusta alguien trabajan bien, y cuando no, pasan por completo. Solo se dedican a mirar por sí mismos, sin tener un poco de respeto al club que les paga. 

A veces se nos olvida que son niñatos malcriados y cegados por los millones con muy poca inteligencia. Por eso necesitan a alguien que les guíe, a un rey de la selva que les proteja y les forme. Dejemos ya de intentar buscar la solución por el mismo sitio que lo hemos hecho anteriormente y que nos ha dado como resultado una Liga en siete años. Busquemos otra alternativa, que pasa por una limpieza del vestuario que elimine los males endémicos del equipo creados desde hace más años que Karmele Marchante.

Criticar al equipo por el juego es legítimo. Puede que no te guste el fútbol que practica Benítez. Pero lo que no se puede negar es que este equipo empezó con una muy buena base, que daba una buena imagen y que tenía una defensa bastante sólida. Y todo esto se terminó cuando ciertos jugadores desconectaron y de la noche a la mañana se pasó a todo lo contrario. Si se pudo al principio, está claro que se puede volver a reconducir la situación. Y también es evidente que si Benítez sabía gestionar al equipo al principio, también sabe hacerlo ahora.

Sinceramente prefiero a un equipo como el de Benítez que un equipo como el de Ancelotti. El equipo de Benítez es como la Pepsi y el Madrid de Ancelotti como la Coca Cola. La Pepsi es más intensa y con algo más de azúcar, es más correosa y difícil de ganar; en cambio la Coca Cola es mucha más descafeinada y menos intensa. Es decir, a pesar de que la Pepsi tenga un mejor sabor y esté más buena (el equipo de Benítez), la Coca Cola gusta a más a sus consumidores, es más fácil de vender (los jugadores). Los jugadores del Madrid se sienten más cómodos con un entrenador que les deja una libertad completa y les permite mirar únicamente por sus intereses personales y no por los del equipo.

Dejemos trabajar a Benítez y continuar su proyecto deportivo. Dejemos que disponga del completo de la plantilla y que los jugadores se adapten a su método de trabajo. No claudiquemos ante los jugadores y les ratifiquemos su enorme poder en el equipo. Cambiemos la manera de actuar en el club, y así recuperar los verdaderos valores madridistas. De lo contrario, si seguimos desechando a los entrenadores que los “niños mimados” no quieren, volveremos a dar un pasó atrás y nos veremos como Michael Jordan, muy negros.

Los que hacen lo contrario se equivocan, incluso más que Ylenia con la tabla del 9. Defender la figura del entrenador, y más uno que para y frena a una pandilla de inconscientes, es lo correcto. Con esto no quiero decir que Benítez sea el nuevo Mourinho ni mucho menos. De momento, ha demostrado que está al menos intentándolo, haciéndolo bien. Aunque tengo muchas interrogantes que tengo que resolver según vaya pasando el tiempo. Quiero ver si Benítez es coherente y mantiene a Varane en la titularidad cuando estén Pepe y Ramos. De lo contrario sería un cobarde. Quiero ver la actitud que toma ante la disposición de Cristiano si sigue ninguneando al equipo con sus declaraciones y su desidia en el campo. Quiero ver su reacción con Ramos en el momento de sus imposiciones y quiero ver su postura, si llega, en el mercado de fichajes.

En definitiva, Benítez tiene matices de un buen entrenador del Madrid pero se le abren frentes que pueden acabar por sentenciarlo independientemente o no de los resultados. Hoy soy de Benítez, mañana no sé. Pero de lo que siempre seré es del Madrid y no de sus jugadores. El club por encima de todo y de todos.

¡Hala Madrid!