CRÓNICA | El Madrid toca fondo: Real Madrid 0 – 1 Villarreal

Una crónica de: Manuel Pérez Abascal

21 tiros a puerta, 2 penaltis no señalados y un gol en contra en fuera de juego, da lo mismo cuando leas esta crónica. Es la crónica de cualquier fin de semana, es la crónica de una muerte anunciada meses atrás en donde hoy se ha oficializado el acta de defunción.

El Madrid está viviendo un suplicio. Un “via crucis” que concretamente, vive su especial “acomodo” en el lugar más sorprendente: el Santiago Bernabéu.


Y pocas explicaciones quedan ya por dar y razones por esgrimir de lo que le sucede al equipo. Hoy no fue por actitud, ni mala predisposición. Hoy el Madrid no se abandonó a su suerte y creo sinceramente que mereció ganar. Tuvo la posesión de balón, sacó de la chistera virtudes ya olvidadas y jugó casi todo el tiempo en campo rival. Es cierto que más a fogonazos, pero los suficientes para haberse ido al descanso con ventaja en el marcador. Pero entre que no tenemos pólvora y que el “Victorianato” sigue haciendo su trabajo en la sombra de manera descarada. Sea cual fuere, al Madrid le sigue penalizando su falta de remate. Todo por lo que se había definido al equipo de Zidane, ha desaparecido. Es la triste realidad.

Tácticamente el Madrid afrontó el partido con personalidad, presionando arriba todos al mismo son, con actitud y sobretodo, siendo solidario en las ayudas y el repliegue. Tanto fue así, que él Villarreal apenas asomó en el balcón del área de Keylor Navas, actor de lujo en los primeros cuarenta y cinco minutos. Todo lo contrario que Sergio Asenjo, que sacó tres manos prodigiosas; una a Marcelo, otra a Cristiano y una final cuando tod@s cantábamos el gol al portugués tras claro penalti antes del remate del luso. Pero no hay manera.


La segunda mitad comenzó con el letargo habitual del Madrid tras el descanso. Como si los quince minutos de descanso, le fueran insuficientes a los blancos. Aspecto que el Villarreal aprovechó para adelantar líneas. El partido se convirtió en un “ida y vuelta”, un cara o cruz donde en circunstancias habituales, suele llevarse el “gato al agua” el equipo con mayor pegada. Pero por razones inexplicables, ese equipo ya no es el Madrid.

Agarrado al juego de Isco y las últimas apariciones de Bale. El Madrid adoleció de la imaginación del malagueño y lo acusa. Isco no es el mismo, Kroos asoma y Modrić tan intermitente en el juego como fundamental su aportación. El Madrid se convirtió o se tradujo en los últimos minutos, en un clásico esta temporada que no aporta fruto alguno. Demasiado centro para tan poco remate. Lástima porque el Madrid es incapaz de dar continuidad a su juego y se queda en estériles centros de laterales defensivos que viven, por razones del guión, como interiores puros. Pero interiores como es en este caso, sin desborde ni capacidad de sorpresa.


Dicho esto, el Madrid amagó con virtudes y se desfondó volviendo a sus defectos. La aportación desde el banquillo no sirvió esta vez y se hunde mientras pide auxilio, lo hace desde el silencio, la flema y el orgullo que tiene el hecho que te da vestir este escudo. Pero lo que está claro es que necesitamos… algo. Un revulsivo que nos saque de esta dinámica tan negativa, un soplo de aire fresco en esta habitación que huele a cerrado. El Madrid ha tocado fondo… y la culpa, hoy tampoco fue de Benzema.

La fidelidad de Zidane hacia aquellos muchachos que le llevaron a la gloria, hará que muera con ellos. Su cargo depende de estos que ahora no encuentran el camino. La cosa no pinta nada bien.