CRÓNICA | Las 12 en punto: Juventus 1 – 4 Real Madrid

Una crónica de: @LindeVelasco

Una cita histórica. El Real Madrid sumó su duodécima Copa de Europa al derrotar a la Juventus (1-4) con una extraordinaria segunda parte. Los blancos cierran una temporada histórica con doblete Liga-Champions y repitiendo título de manera consecutiva, algo que nadie lo había logrado.

La Juventus mostró sus cartas enseguida. Comenzaron más intensos, con las ideas más claras y, tal vez, con la intención de hacer un gol tempranero. Lejos de especular se lanzó a la caza del rival con una presión ordenada por todo el campo sin balón y con balones directos a la zona en la que Mandzukic se encontraba con Carvajal. El Real Madrid no encontraba el balón y cuando lo tenía lo rifaba a primeras de cambio. De hecho, en los 10 primeros minutos, Keylor Navas tuvo que intervenir en dos ocasiones. Especialmente la segunda intervención, con una mano bien estirada ante un disparo por abajo de Miralem Pjanic desde la frontal.

Solo se habían consumido seis minutos y la Juve pisaba el acelerador a fondo. El Madrid se fue presentando poco a poco en el partido. Modric y Kroos entraron más en juego y comenzaron a dominar la administración del balón pero sin dar profundidad a las acciones. Teniendo al menos posesiones más largas y buscando algo más de sentido a la circulación del balón. En su primer y único remate entre palos hizo diana. Corría el minuto 20 de encuentro en una buena recuperación en el costado izquierdo y una  subida de Carvajal por la banda derecha le permitía poner la pelota hacia la llegada de Cristiano Ronaldo. El portugués se lanzó como un avión a por el centro de su compañero, engatilló con la derecha, y sorprendió a la defensa italiana y a Buffon para abrir la lata.

Sin embargo, esa alegría no se prolongó más de seis minutos. Ese fue el tiempo que tardaron los italianos en devolver las tablas al marcador. Faltaba por conocer la respuesta de la Juventus. Lejos de sentir el golpe intensificó sus acciones y metió al Madrid casi en su área mientras el partido se convirtió en un correcalles. Un remate a la media vuelta de Mandzukic, se coló por la escuadra del portero del conjunto blanco. Cristiano pudo volver a adelantar al Madrid pero remató fatal un claro centro.

El Madrid volvió a refugiarse en su campo y Buffon no tocó un balón en jugada hasta el minuto 43. Con el empate se llegó al descanso y con la sensación de que los italianos habían sido mejores. Pero quedaba la otra mitad. Tocando las teclas adecuadas, los merengues empezaban a acular a una Juventus que no la olía. Fueron valientes y enseguida metieron a la Juventus en su campo. Las ocasiones se fueron sucediendo y se veía venir el cambio de decorado. Ese dominio no se centró exclusivamente en lo territorial sino que también tuvo fiel reflejo en el marcador. Ante una Juventus tan retrasada empezaba a cobrar vital importancia el golpeo desde fuera del área. Y ahí emergió la figura de Casemiro. El brasileño enganchó un misil desde fuera del área, pegándole con el alma, y que tras el roce en la bota de Khedira acabó en el interior de la portería de la Juventus.

Los blancos siguieron mandando con y sin balón. Los puntas de la Juventus desaparecieron del mapa. Se necesitaba un gol más que diera justicia a su superioridad. Luka Modric, convertido en extremo diestro, dobló a Carvajal extenuado por el esfuerzo, el croata centro al primer palo en el que apareció Cristiano Ronaldo para acariciar la pelota y ponerla en el palo de largo de Buffon.

Quedaba media hora y la final ya estaba decidida porque solo había un equipo en el campo. El Madrid, más todavía cuando Cuadrado, que había entrado antes por Barzagli vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con uno menos. La duodécima tenía dueño y para rubricar la goleada apareció Asensio en el minuto noventa. El que abrió la lata a comienzos de temporada en la Supercopa de Europa ante el Sevilla, la cerraba en la final de la Champions ante la Juventus.

Este equipo no se cansa de ganar y ganar. Sobre todo si se trata de la alta competición. Tres Champions en los últimos cuatro años. Quince finales y 12 ganadas. Seis en la era moderna. Zidane ha formado una de las mejores plantillas de la historia, y no es exageración. Historia que tú hiciste, historia por hacer.